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Esta expresión, opuesta al “FOMO” o miedo a perderse algo, ya es una etiqueta que suma 921.000 reproducciones en publicaciones de Instagram. “Tengo FOBI, miedo a ser incluida”, dice Merlina Addams en una escena de la recién estrenada segunda temporada de la serie “Wednesday”, cuando el director del campamento le pregunta si participará en las actividades de esa noche.
Esta expresión, contraria al “FOMO” o miedo a perderse algo, ya es una etiqueta con 7.427 videos en TikTok y alcanza 921.000 reproducciones en publicaciones de Instagram. Los numerosos comentarios coinciden en que este término describe algo que nunca habían podido expresar con palabras. ¿De qué se trata?
Del inglés “fear of being included” o “fear of being involved”, FOBI es una expresión empleada desde hace unos años para describir el temor a ser incluido o invitado a eventos sociales.
No se trata exactamente de introversión ni de ansiedad social en general. El FOBI es más específico: es el miedo a la carga mental y al desgaste energético que puede implicar la inclusión social.
El doctor Gorav Gupta, psiquiatra senior y director ejecutivo de Tulasi Healthcare, Nueva Delhi, afirmó a la cadena NDTV que “a diferencia del FOMO (miedo a perderse algo), que surge del deseo de involucrarse en todo, el FOBI se produce cuando, en lugar de querer involucrarse, se busca espacio, libertad y evitar interacciones no deseadas o forzadas con los demás”.
Por otra parte, a raíz de las consultas recibidas, el psicólogo clínico estadounidense Michael Brustein ha definido esto como la angustia o la reticencia a ser invitado a un grupo o evento social.
“Un subtipo más problemático ocurre cuando las personas inicialmente muestran interés en un evento o grupo social, pero una vez incluidos, experimentan ansiedad y angustia”, dice Brustein en una publicación en el blog de su página web profesional.
Este término no está oficializado ni acuñado en la psicología. Sin embargo, el experto en conducta humana resalta cuatro características de las dinámicas psicológicas del FOBI. La devaluación es la primera.
La persona duda del valor de la actividad y de quienes la integran si carecen del criterio necesario para aceptarla o acogerla. Es así que reevalúa de forma crítica el grupo o evento, prestando excesiva atención a los aspectos negativos de los miembros o de la actividad.
A veces, explica Brustein, el inicio de la devaluación puede retrasarse y el rechazo hacia el evento o grupo social solo aparece justo antes de que comience la reunión.
“Esto puede deberse a la ansiedad por participar o por estar a la altura de las expectativas que el grupo o evento pueda tener; en este contexto, la devaluación funciona como una defensa ante el posible rechazo”, añade.
Aunque suene paradójico, otro de los comportamientos es la afirmación; a veces, una persona con FOBI también presenta síntomas de FOMO.
“Por ejemplo, puede experimentar inicialmente FOMO y desear la validación de ser incluida en un evento o grupo social. Se siente herida cuando no la incluyen, lo cual puede tener su origen en problemas de autoestima. Sin embargo, una vez que es invitada, se da cuenta de que lo único que le atraía del grupo o evento era precisamente el hecho de ser aceptada”, dice el profesional.
A la lista de comportamientos se suma el alivio por cancelación. Esto ocurre cuando la persona propone planes porque puede parecer socialmente apropiado y transmite afinidad hacia los demás. Pero la verdad es que no quiere que esos planes se concreten o su expectativa es que, inicialmente, no se llevaran a cabo.
En caso de que se concreten, la persona puede experimentar angustia y ansiedad, y terminar cancelando a último momento. De lo contrario, cuando es la otra parte quien cancela el evento, la persona con FOBI suele sentir una oleada de alivio al ya no estar obligada a asistir.
Finalmente, el cuarto comportamiento que describe es la asfixia, característica en personas extremadamente introspectivas e introvertidas, quienes a veces sobreestiman la energía y responsabilidad que implicará participar en un grupo o evento.
A este tipo de personas les genera angustia y ansiedad estar con otros, ya que las aleja de su propio mundo interior y sus pensamientos. Asimismo, experimentan el formar parte de un grupo como una invasión a su espacio interno.
Brustein enumera algunos consejos para lidiar con este deseo de no ser incluido con el fin de evitar drenarse con las interacciones sociales. Uno de ellos es intentar no magnificar la carga de estar en un lugar en el que no quieres estar.
“El evento desagradable pasará y eventualmente volverás a un espacio donde te sientas más cómodo”, expresa.
Si has aceptado ir a un evento al que al principio no querías ir, Brustein sugiere no repetir sentimientos negativos una y otra vez, ya que esto solo empeora la experiencia. Por el contrario, invita a enfocarse en lo positivo e interactuar con algo o alguien en el evento.
Asimismo, recomienda ser consciente de los eventos o grupos a los que decides unirte. Para esto ayuda tener muy clara la identidad y recordar que ser aceptado en un grupo o asistir a un evento no define quién eres. Una pregunta que ayuda a decidir si acceder o no a una invitación a un encuentro es: ¿realmente quieres ser incluido o solo buscas validación?
“No actúes impulsivamente ni digas que sí sin pensarlo; presta atención a tus necesidades para que puedas evitar mejor actividades o eventos sociales desagradables o no deseados”, finaliza.
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