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TRENTON, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — DuPont y otras dos empresas abonarán a Nueva Jersey hasta 2.000 millones de dólares para zanjar reclamaciones ambientales relacionadas con los PFAS — sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas — conocidas como “químicos eternos”, según anunciaron las empresas el lunes.
El comisionado de Medio Ambiente del estado, Shawn LaTourette, señaló que el acuerdo con DuPont, Chemours y Corteva era el más cuantioso de su clase en la historia de Nueva Jersey. El pacto determina que las empresas desembolsarán 875 millones de dólares a lo largo de 25 años y establecerán un fondo de remediación de hasta 1.200 millones de dólares. Los costos serán compartidos por las empresas como parte del acuerdo, que aún debe ser aprobado por los tribunales.
Los PFAS fueron un grupo de sustancias químicas que estuvieron presentes durante décadas y se propagaron en el aire, agua y suelo del país.
DuPont aseguró que el acuerdo solucionaría “todas las reclamaciones ambientales y otras acusaciones” por reclamos de contaminación “heredada” en cuatro instalaciones donde las empresas operaron en el estado. El pacto se concretó solo unos meses después de que Nueva Jersey informara que el fabricante de productos químicos 3M aceptó pagar hasta 450 millones de dólares para resolver demandas por contaminación de recursos naturales relacionadas con los PFAS.
“Los contaminadores que priorizan las ganancias sobre el bienestar público al liberar PFAS venenosos y otros contaminantes en nuestro estado pueden esperar que se les exija limpiar su desorden y compensar en su totalidad al estado y a sus ciudadanos por los valiosos recursos naturales que han dañado o destruido”, destacó LaTourette.
Los PFAS fueron fabricados por empresas como 3M, Chemours y otras debido a su gran utilidad. Ayudaron a que los huevos no se pegaran en las sartenes antiadherentes, aseguraron que la espuma contra incendios sofocara las llamas y permitieron que la ropa resistiera la lluvia y mantuviera secas a las personas.
Sin embargo, los químicos no se degradaban, lo que significó que persistieron en el medio ambiente.
Los activistas ambientales indicaron que los fabricantes de PFAS eran conscientes de los daños a la salud que causaban mucho antes de que se hicieran públicos. Los mismos atributos que hacen que los químicos sean tan valiosos — su resistencia a la descomposición — los vuelven peligrosos para la población.
Los PFAS se acumulan en el cuerpo, por lo que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) estableció límites para el agua potable en cuatro partes por billón para dos tipos comunes — PFOA y PFOS — que están siendo retirados de la fabricación pero aún siguen presentes en el medio ambiente.
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