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El doctor Pedro Rijo, pediatra-gastroenterólogo e intervencionista nutricional experto en Trastornos del Espectro Autista (TEA), señaló a El Día que la leche materna no es solo un líquido. Se compone de una sofisticada combinación de nutrientes: oligosacáridos, lípidos, prebióticos y probióticos.
El especialista resaltó que los beneficios de la lactancia materna son mutuos, tanto para el bebé como para la madre.
“La leche materna es el alimento que todo bebé requiere”, afirmó Rijo. Pero no solo es un alimento: es también una herramienta efectiva de protección inmunológica y emocional.
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Lejos de ser estéril, contiene bacterias beneficiosas que fortalecen la flora intestinal del bebé. Además, proporciona inmunoglobulinas y factores protectores que ayudan a prevenir infecciones y enfermedades.
“Incluso hay vacunas que no se administran antes de los seis meses porque la madre lactante transfiere inmunidad natural al bebé a través de la leche”, explica el especialista.
Investigaciones han demostrado que los bebés amamantados exclusivamente se enferman menos de procesos gripales, respiratorios y gastrointestinales. También presentan menor frecuencia de alergias alimentarias, asma e infecciones parasitarias.
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