Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
En el año 2023, se convirtió en el primer atleta con discapacidad en ser incorporado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
Los graves problemas visuales que sufre Robert Jiménez no le impidieron vislumbrar que el deporte lo llevaría por el sendero del triunfo.
Por su disciplina, pasión y fe en Dios, en 1996 obtuvo la medalla de oro en los 200 metros planos de la categoría T-12 para invidentes en los Juegos Paralímpicos de Atlanta.
Jiménez, de 56 años, cuenta en su haber con nueve medallas en competiciones internacionales, incluyendo Juegos Paralímpicos, Para Mundiales y Para Latinoamericanos.
La miopía que le redujo hasta un 50 por ciento su visión tampoco ha sido un obstáculo para convertirse en un entrenador exitoso de atletas sin discapacidades en el campo de la velocidad, donde ha forjado campeones en las categorías infantil y juvenil.
La lista es extensa, y a modo de ejemplo, menciona a Ronald Severino, Raúl Jiménez y Robert García, monarcas nacionales juveniles en los 400 metros planos en los años 2003, 2005 y 2007, respectivamente.
En el prolífico año de 2007, Jiménez también llevó a lo más alto del podio a Enmanuel Reynoso, campeón juvenil de los 800 metros, así como a Carlos Guzmán en la competencia reina, los 100 metros.
Su currículum tiene mucho que mostrar también en la rama femenina y en otras modalidades como el exigente heptatlón y la marcha atlética, pero para nombrarlos a todos se necesitarían varios párrafos más.
Su trabajo como entrenador no se limita a lo meramente deportivo. Jiménez es un orientador, un difusor de buenos valores que ha impactado la vida de algunos de los adolescentes y jóvenes que sacó de las calles y que luego triunfaron en la pista y en el campo del saber.
“Hay muchos que son profesionales. Para nosotros es una gran bendición el poder compartir con ellos en actividades cristianas que hacemos en el Centro Olímpico, reuniones familiares, encuentros navideños y muchas cosas más”, destacó “Papa Robert”, como le llaman todos sus alumnos.
“Nos sentimos muy bien porque no me llaman Robert el entrenador. Donde me ven, me dicen “Papa Robert””, subrayó el hoy mayor pensionado de la Fuerza Aérea Dominicana, quien en 2023 también se convirtió en el primer deportista paralímpico en ingresar al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
“No conozco a ninguno que no me llame así, y de verdad me reconfortan mucho esas muestras de respeto y cariño que me demuestran”, manifestó, quien impuso una dinastía en las competencias de los Juegos Militares y nacionales.
Robert comenzó en el atletismo en el Club Mauricio Báez, en el año 1978, de Gerardo Suero Correa, un ex atleta olímpico del hectómetro y expresidente de la Federación Dominicana de Atletismo.
Incursionó en el atletismo, compitiendo en las pruebas de 100 y 200 metros planos, lanzamiento de jabalina y salto de altura en eventos convencionales, hasta que pasó al paralimpismo debido a su deficiencia visual.
Eladio Agramonte, presidente del Comité Paralímpico Dominicano (COPADÓM), calificó de encomiable la labor que viene realizando Jiménez con atletas convencionales.
“Robert es una persona muy solidaria que siempre está dispuesta a servir. Tiene una gran disciplina, capacidad y amor al prójimo”, manifestó sobre el también fisioterapeuta.
“Realmente conocerlo, el hecho de que fue parte de este Comité Paralímpico en sus inicios, fue bastante importante para nosotros”, resaltó Agramonte, quien no escatimó elogios para el también medallista de oro del Mundial Paralímpico “Madrid ’98”, donde obtuvo bronce en jabalina.
Agregar Comentario