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A pesar del nombre que evoca pesar, también revela la fortaleza de una comunidad que se niega a ceder.
El periódico Hoy visitó la zona, que si bien ha mejorado, persiste un problema que amenaza la salud de los residentes cercanos. Un vertedero improvisado y una “puerta abierta a la delincuencia”.
Además del colapso del sistema de drenaje. Las lluvias convierten sus calles en ríos de aguas contaminadas, mezcladas con desechos.
Los comerciantes han tenido que cerrar sus negocios por los malos olores, y el acceso al agua potable está restringido a solo dos días a la semana.
“Esto no es vida. Vivimos rodeados de basura, sin agua, y con temor cada vez que llueve”, comenta una vecina con más de 30 años en el lugar.
Voces que piden dignidad
Juan Pablo Pérez, vecino del callejón desde hace más de tres décadas, sugiere cerrar el acceso que facilita la delincuencia y transformar el espacio en un parque:
“Ya esto no se parece… la basura cubría este lugar. Nuestro anhelo es cerrarlo y construir un parque para nuestros hijos.”
En medio del desorden, los vecinos han instalado piscinas improvisadas para que niños y adultos se refresquen, aunque persiste el temor a plagas y asaltos.
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Los moradores sueñan con convertir el “Patio la Amargura” en el “Parque La Dulzura”, un lugar para la lectura, el juego y el descanso:
“Queremos que este espacio sea un lugar donde de gusto venir, para que los jóvenes y niños puedan recrearse y alejarse de los malos hábitos”, expresa Catherine Mena, líder comunitaria.
Las condiciones de las viviendas en el barrio en esta zona dejan mucho que desear, y todavía nadie ha asumido con determinación la responsabilidad de iniciar un cambio real en su aspecto. No sé si culpar a los dueños, al ayuntamiento o al Estado, pero la verdad es que muchas de estas casas llevan años en estado deplorable y es vergonzoso verlas”, expresó Mena.
A pesar de que los imponentes edificios ubicados sobre la avenida México — desde la intersección con la Duarte hasta la 30 de Marzo — ofrecen una imagen más desarrollada de la zona, ocultan tras sus fachadas una realidad marcada por la precariedad y el abandono.
Esta apariencia moderna actúa como una cortina que disimula la pobreza estructural del sector.
El barrio ha sido incluido en la estrategia nacional “Mi País Seguro”, impulsada por el Ministerio de Interior y Policía.
Esta iniciativa buscaba fortalecer la seguridad ciudadana mediante patrullaje, iluminación, recuperación de espacios públicos y programas comunitarios.
Patio La Amargura San Carlos- Video Arlenin Castillo
Como parte del programa complementario De Vuelta al Barrio, San Carlos ha recibido el apoyo de figuras del deporte, la música y la cultura, quienes sirven como modelos positivos para la juventud.
El club San Carlos, con su legado deportivo y cultural, se convierte en un aliado clave en esta transformación.
Líderes barriales, juntas de vecinos y organizaciones locales han sido convocados para identificar necesidades, fortalecer valores y contribuir al rescate de espacios públicos.
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