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Denia manifestó al periódico Hoy su decepción por la falta de ayuda a las familias damnificadas:
“Tengo cinco hijos. Casi pierdo a uno porque se volvió loco tras la pérdida de su padre. Su papá lo era todo para él. Nos han dejado huérfanos, somos huérfanos.”
“Es como mofarse de nuestro dolor. Hablan de una pensión, pero nunca ha llegado. Si esto hubiera ocurrido en la capital, con gente importante, ya lo habrían solucionado. Pero como somos pobres…”
La explosión, sucedida a las 3:23 p.m. en la empresa Vidal Plast SRL, fue atribuida a la acumulación de gases altamente inflamables.
A pesar de los informes oficiales, los familiares insisten en que no se han identificado ni sancionado a los responsables directos.
Muchos de los fallecidos, como Marino Delfín García, fueron declarados oficialmente muertos mediante la Ley 41-24, pero sus familias aún aguardan respuestas concretas.
A pesar del dolor, Denia mantiene la fe como su mayor apoyo:
“Gracias al Señor que tenemos a Dios por delante. Los verdaderos culpables están comiendo bien en su casa, durmiendo tranquilos, mientras nosotros vivimos con esta impotencia.”
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