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Desde que los Gobiernos de Trump y Putin anunciaron la salida del tratado INF en 2018, tras acusaciones mutuas de incumplimiento, se impuso una moratoria al despliegue de misiles de corto y medio alcance, moratoria que Rusia ahora ha levantado.
Rusia desplegará misiles de corto y medio alcance cuando lo estime conveniente, afirmó hoy el Kremlin al comentar el fin de la moratoria sobre el tratado de desarme INF.
“Rusia ya no se considera atada por nada. Se considera con el derecho, si es necesario, a tomar las medidas oportunas”, aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
En el prefacio del histórico tratado, que entró en vigor el 1 de junio de 1988, durante la guerra fría, se señalaba que ambas potencias estaban “guiadas por el objetivo de consolidar la estabilidad estratégica”, siendo “conscientes de que una guerra nuclear tendría consecuencias devastadoras para la humanidad”.
Esta necesidad se hizo evidente para Estados Unidos y sus aliados en la OTAN a mediados de los años 70, cuando la Unión Soviética se acercó a la paridad estratégica con las capacidades estadounidenses.
Reagan y Gorbachov afirmaban estar “convencidos de que las medidas acordadas en el tratado ayudarán a reducir el riesgo de una guerra y fortalecerán la paz y la seguridad internacional”.
Según datos de la ONU, el tratado eliminó una categoría entera de armas nucleares, que incluía todos los misiles balísticos y de crucero con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Sin embargo, a lo largo de los años, Moscú y Washington se han lanzado acusaciones en relación con el cumplimiento del acuerdo.
Moscú rechazó cualquier acusación sobre la fabricación y realización de pruebas prohibidas de misiles de crucero de lanzamiento terrestre (GLCM, por sus siglas en inglés) en 2016 y respondió que era Estados Unidos quien violaba el acuerdo, aunque los expertos en desarme coincidían en que ambas partes deseaban el fin del tratado.
El 20 de octubre de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que su país abandonaría el tratado INF por los supuestos incumplimientos de Rusia.
Acusaba, por ejemplo, a Rusia del uso del misil 9M729, también conocido como SSC-8, basado en los proyectiles Kalibr, conocidos por su uso en la operación rusa en Siria.
Rusia negó “tajantemente” haber violado los términos del tratado y advirtió a EE.UU. de que, si lo abandonaba, el mundo sería un lugar “más peligroso” porque desataría una nueva carrera armamentística.
En un comunicado de este martes, se subraya que desde 2023 Estados Unidos ha desplegado un número sin precedentes de sistemas en Europa, capaces de portar misiles de corto y medio alcance, para poner a punto dicho armamento durante ejercicios militares que tienen “un claro carácter antirruso”.
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