Salud

Un programa entre República Dominicana y España abre una puerta a la vida para 21 niños con problemas de corazón congénitos

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Raúl Felipe Abella Antón, director del Centro Internacional CorAll del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Esto se concretó a través del programa “Un latido de esperanza para la niñez dominicana”, promovido por el Servicio Nacional de Salud (SNS) y el Servicio Regional de Salud Ozama (SRSO), con el respaldo de fundaciones internacionales.

Este programa, que funciona desde la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar, ha cambiado la vida de muchas familias durante tres años, ofreciendo atención médica sin costo a niños con malformaciones cardíacas que no podían ser tratadas localmente.

El eje central del programa es el reconocido cirujano cardiovascular pediátrico Dr. Raúl Felipe Abella Antón, director del Centro Internacional CorAll del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. Al enterarse de la situación de numerosos niños dominicanos, decidió liderar esta iniciativa que combina ciencia, solidaridad y humanidad.

Gracias a una red de cooperación entre el SNS, la Fundación Carme Chacón, CorAll Family, CorAll Family Dominicana, y líderes médicos dominicanos como José Joaquín Puello Herrera y Evelin Medina Féliz, los 21 niños fueron trasladados a España con todos los gastos cubiertos.

Las intervenciones, muchas de ellas de alta complejidad, han sido completamente gratuitas para las familias beneficiadas, incluyendo pasajes aéreos, documentación legal, alojamiento, seguimiento médico y por supuesto, los procedimientos quirúrgicos, todo gracias al apoyo incondicional de la Fundación Carme Chacón, la Fundación y Asociación CorAll Family, y CorAll Family Dominicana.

En un comunicado de prensa, señalan que “cada niño operado representa un testimonio vivo de lo que se puede lograr cuando la solidaridad internacional se une con la voluntad de transformar el sistema de salud en beneficio de los más vulnerables. Las sonrisas de estos pequeños y la gratitud de sus familias son el mejor reflejo del éxito de este proyecto, que ha devuelto no solo salud, sino también esperanza”.

Este programa no solo se ha enfocado en salvar vidas, sino que ha sembrado una visión clara y ambiciosa: la creación de un Centro Cardiovascular Pediátrico en el Hospital Materno Infantil Julio Manuel Rodríguez Grullón, en la Ciudad Sanitaria Luis Aybar.

Con esto, se busca asegurar que cada niño dominicano con una cardiopatía congénita pueda recibir atención especializada sin necesidad de salir del país.

“Desde el SNS ratificamos nuestro compromiso con esta causa, convencidos de que la salud infantil es una responsabilidad compartida. Reconocemos profundamente la labor altruista del doctor Raúl Abella y su equipo, y agradecemos de corazón a las fundaciones aliadas por su confianza en nuestro país”, explica un comunicado de la institución rectora de salud.

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