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EE. UU. – Activistas, estudiantes y docentes protestaron este lunes contra la biblioteca presidencial de Donald Trump en Miami, una iniciativa que el gobierno de Florida tiene previsto aprobar este martes, al considerarla otra de sus construcciones hoteleras y un “insulto” por su cercanía a la Torre de la Libertad.
«Esta tierra es para la gente, no para el presidente», «no queremos una biblioteca presidencial», clamaron decenas de manifestantes en el terreno de 2,63 acres (4.046 m²) que la universidad pública Miami‑Dade College entregará para la futura biblioteca oficial del mandatario.
El activista Marvin Dunn explicó a EFE que organizó la protesta porque le parece “un ultraje” erigir un “monumento” a Trump junto a la Torre de la Libertad (Freedom Tower), que acogió a los migrantes cubanos durante la dictadura de Fidel Castro en los años sesenta y setenta del siglo XX.
«La Torre de la Libertad simboliza lo mejor de Estados Unidos, el valioso legado de nuestra comunidad cubano‑estadounidense y debemos cuidar eso, pero Donald Trump es un presidente tóxico que ha coartado las libertades, haciendo exactamente lo contrario de lo que esas personas buscaban», sostuvo Dunn.
La manifestación tuvo lugar la víspera de la votación del Consejo del Fideicomiso de Mejora Interna, compuesto por miembros del gabinete del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien pretende ceder el terreno del Miami‑Dade College al proyecto de Trump, que sería la primera biblioteca presidencial en el estado.
Una de las razones por las que Trump habría elegido Florida es que, en 2019, trasladó su residencia desde Nueva York durante su primer mandato (2017‑2021), y ahora pretende convertir su biblioteca presidencial en un atractivo turístico, aunque sería la que ocupara el espacio más reducido entre las de los expresidentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Por eso, los manifestantes acusaron al proyecto de ser otro de los hoteles de Trump, cuya residencia se encuentra en Mar‑a‑Lago, al norte de Miami, y demandaron que la universidad anule el acuerdo porque «Miami‑Dade es para los estudiantes, no para los multimillonarios».
«Esta propiedad debe ser un recurso para nuestros alumnos que lo necesitan. Necesitamos aulas, necesitamos espacios, necesitamos instalaciones que nuestra comunidad pueda usar. O sea, todas estas parcelas aquí alrededor están vacías. ¿Qué más hoteles queremos?», comentó a EFE la profesora Yousi Mazpule.
Una estudiante que se presentó como Charly cuestionó que la universidad haya entregado «el terreno gratis, sin dinero, sin ninguna transacción», y advirtió que teme que la presencia de la biblioteca de Trump fomente la violencia política y movilice al movimiento ‘Make America Great Again’ (MAGA).
«Me siento insegura y percibo que es una bofetada a la democracia. Es solo otra señal de que la democracia tal como la conocíamos está muerta. De verdad parece que no pertenece aquí», declaró la estudiante entrevistada.
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