Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
CAMP SPRINGS, Maryland, EE. UU. (AP) – Una reciente regulación que faculta a una autoridad migratoria de EE. UU. a revisar las posturas “antiestadounidenses” de un individuo al tramitar una tarjeta de residencia permanente u otros beneficios, no persigue vulnerar convicciones políticas, sino detectar respaldo a actos terroristas, afirmó el titular de la entidad a The Associated Press.
En una extensa entrevista del lunes, el dirigente de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), Joseph Edlow, ahondó en la polémica política de la oficina, anunciada el mes pasado, que faculta a los funcionarios a decidir si un extranjero que solicita determinada asistencia ha apoyado lo que consideran opiniones antiestadounidenses.
Edlow también describió los inconvenientes que observa en un programa de capacitación popular entre estudiantes internacionales, pero rechazado por algunos seguidores de Trump. Explicó cómo y por qué está contemplando modificar el proceso mediante el cual cientos de miles de personas se convierten en ciudadanos estadounidenses cada año.
Edlow encabeza esta entidad migratoria crucial en un momento en que el presidente, Donald Trump, revierte la política de inmigración tradicional y avanza con una agenda agresiva que limita quién puede entrar a EE. UU. por vías legales.
La nueva política de USCIS estipula que sus agentes ahora podrían considerar si un solicitante “respaldó, promovió, apoyó o de alguna forma defendió” posturas antiestadounidenses, terroristas o antisemitas al decidir sobre la concesión de la prestación.
Los críticos cuestionaron si esto otorga demasiada discrecionalidad para rechazar a extranjeros basándose en juicios subjetivos.
Edlow manifestó que la agencia necesita estar al tanto de lo que los aspirantes publican en internet y cuándo ese discurso se transforma en odio. Asimismo, aclaró que no descartarán automáticamente una solicitud por ese motivo, pero es un factor tomado en consideración.
Afirmó que no están buscando a personas que hayan difundido discursos anti‑Trump. Comentó que criticar a cualquier gobierno es “una de las actividades más estadounidenses en las que se puede participar”.
“Esto va más allá. Se trata realmente de defender creencias e ideologías de terroristas, de organizaciones terroristas y de quienes desean destruir el estilo de vida estadounidense”, añadió.
En ejemplos de discursos que podrían levantar sospechas, Edlow señaló a estudiantes que publican opiniones a favor de Hamás o que participan en protestas en campus donde se impide a estudiantes judíos ingresar a edificios.
El gobierno de Trump ha priorizado la represión de manifestaciones estudiantiles. La administración manifestó que los no ciudadanos que participan en esas protestas deberían ser expulsados del país por expresar opiniones que el gobierno califica de antisemitas y “pro‑Hamás”, refiriéndose al grupo insurgente palestino que atacó a Israel el 7 de octubre de 2023.
En uno de los casos más notorios, las autoridades federales de inmigración arrestaron en marzo al activista palestino Mahmoud Khalil, quien contaba con residencia permanente, y que como estudiante jugó un papel destacado en las protestas pro‑palestinas de la Universidad de Columbia.
El USCIS anunció recientemente que ahora podría contratar agentes con autoridad para efectuar detenciones, ejecutar órdenes de registro y portar armas. Esto representa un giro para la oficina que históricamente investigaba el fraude migratorio pero remitía los casos a otras agencias para su procesamiento.
Según Edlow, se enfocarán en la “actividad delictiva a gran escala”, como el fraude de asilo masivo o el fraude matrimonial.
“No son una fuerza policial. Será una sección muy bien entrenada y de reducido tamaño de esta oficina que se ocupa específicamente de erradicar el fraude migratorio”, comentó Edlow. Anteriormente, la entidad estaba limitada por hasta dónde podía llevar los casos porque, en algún momento, debían entregarlos a otra agencia para su tramitación, añadió.
Habrá “un par de cientos” de oficiales para iniciar, indicó, situándolo en el contexto de los “miles y miles” de empleados que la oficina cuenta para adjudicar los beneficios.
El programa de Verificación Sistémica de Derechos de Extranjeros se creó en 1987 para que diversas agencias gubernamentales corroboreen si un solicitante puede acceder a ayudas públicas.
Edlow señaló que su oficina ha estado colaborando con la Administración del Seguro Social para facilitar el acceso a estados y gobiernos locales. Ahora pueden usar el sistema empleando un número del Seguro Social o los últimos cuatro dígitos de este, en vez de requerir un número de identificación específico de Seguridad Nacional que la mayoría de los solicitantes no poseía. Además, pueden enviar varias solicitudes simultáneamente en lugar de una por una.
Adicionalmente, indicó que el USCIS está forjando acuerdos con secretarías estatales para que puedan emplear el sistema al verificar sus registros de votantes, describiéndolo como un intento de combatir el fraude electoral.
Los críticos han puesto en tela de juicio la fiabilidad de los datos y si personas serán eliminadas erróneamente de los registros de votantes, así como la protección de su privacidad.
Edlow sostuvo que la oficina cuenta con un “equipo enorme” para garantizar que la información sea precisa.
Aunque Edlow causó revuelo en su audiencia de confirmación al expresar que le gustaría eliminar los permisos de trabajo postgraduación para estudiantes internacionales, en su entrevista con la AP afirmó que, por ahora, no ha propuesto cambios concretos.
Alrededor de 240,000 de los 1.1 millones de personas con visas de estudiante en EE. UU. están en Capacitación Práctica Opcional, un período de un año posterior a la graduación en el que pueden trabajar en áreas relacionadas con sus títulos. El plazo puede extenderse hasta tres años para graduados en áreas de ciencia, matemáticas y tecnología, que han afrontado una escasez persistente de mano de obra en el país.
Edlow dijo que, en última instancia, el futuro del programa no depende exclusivamente de la decisión de su oficina, aunque quiere establecer “parámetros”.
“En mi opinión, crea una ventaja competitiva injusta para que las empresas contraten a estos estudiantes frente a los estudiantes estadounidenses porque, bueno, pueden incorporarse a corto plazo, tal vez a un costo menor”, declaró.
Quien desee convertirse en ciudadano estadounidense debe aprobar pruebas de inglés y de gobierno e historia de EE. UU.
Edlow indicó que la oficina volverá pronto a usar una prueba introducida en 2020, durante el primer mandato de Trump, que requería que los solicitantes respondieran más preguntas. Está explorando varios cambios en el examen actual, sin un cronograma definitivo. La describió como “demasiado fácil” ya que las respuestas pueden memorizarse.
“Eso no demuestra un apego a la Constitución como exige el estatuto”, manifestó Edlow. “Ni escribir una única oración en inglés y leer una sola oración en inglés demuestran realmente un conocimiento de cierto grado del idioma”.
Edlow mencionó que está considerando que los solicitantes redacten un ensayo para evaluar su comprensión del proceso de ciudadanía.
El programa de visas H‑1B, habitualmente asociado a la industria tecnológica, se creó en 1990 para personas con título universitario o superior en campos donde se considera que los puestos son difíciles de cubrir, especialmente en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Los críticos afirman que la visa permite que las empresas paguen salarios más bajos con menos protecciones laborales.
La controversia en torno al programa ha sido particularmente destacada en el Partido Republicano. Miembros adinerados vinculados al sector tecnológico han respaldado los permisos, mientras que muchos en la base de votantes de Trump los miran con recelo.
Se cree que la Casa Blanca está evaluando nuevas normas para el programa.
Edlow señaló que su preocupación con las visas H‑1B es el “desplazamiento de trabajadores estadounidenses”.
“Estas empresas pueden atraer más fácilmente y a menor costo a trabajadores extranjeros muy experimentados a un nivel salarial más bajo, en lugar de emplear a estadounidenses a quienes podrían tener que pagar a una escala distinta”, dijo.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
Agregar Comentario