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Rizzo finalizó su trayectoria en Grandes Ligas con un promedio de .261/.361/.467 en 1 727 partidos disputados, acumulando 303 cuadrangulares, 338 dobles, 781 bases por bolas y 965 carreras impulsadas.
Una imagen quedará grabada para siempre en la memoria de los Cachorros: Anthony Rizzo alzando los dos brazos al cielo y, tras hacer una jugada, metiendo la pelota en el bolsillo trasero mientras se dirigía a la afición en el centro del diamante de Cleveland.
Esa bola capturada por Rizzo selló el último out y el triunfo de la Serie Mundial de 2016 para los Cachorros, poniendo fin a la sequía de 108 años sin título para el club de Chicago y asegurando su lugar en los anales de la franquicia. Rizzo fue el corazón de ese grupo, tanto por su carácter como por su producción, y será recordado como uno de los íconos de la organización.
Este miércoles, Rizzo anunció su retiro como jugador de los Cachorros, cerrando el capítulo de una brillante carrera que abarcó 14 temporadas. Además, se incorporará a la entidad como embajador del equipo. El sábado, Rizzo estará presente en Wrigley Field para el juego contra los Rays, cuando los Cachorros rendirán tributo a su trayectoria.
“Anthony Rizzo fue la cara de una de las épocas más exitosas en la historia de los Cachorros de Chicago y nos entusiasma que siga formando parte de nuestra organización durante muchos años más”, declaró el presidente ejecutivo de los Cachorros, Tom Ricketts, en un comunicado. “Su desempeño en el campo hablaba por sí solo y fue reconocido con múltiples selecciones al Juego de Estrellas, premios Guante de Oro, el Premio Roberto Clemente y, por supuesto, como líder del equipo que conquistó la Serie Mundial en 2016”.
Rizzo pasó una década como pieza fundamental en diversas clasificaciones a los playoffs con los equipos del norte de Chicago, seguida de tres temporadas con los Yankees que culminaron con una bandera de la Liga Americana la temporada pasada.
A lo largo de su carrera, fue elegido para el Juego de Estrellas en tres ocasiones, ganó cuatro Guantes de Oro (incluido un Guante de Platino en 2016) por su brillante labor defensiva y quedó en el cuarto puesto de la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en dos oportunidades. Además, el Premio Roberto Clemente le fue concedido en 2017 en reconocimiento a sus extensas labores benéficas fuera del campo.
Rizzo cerró su paso por la MLB con un .261/.361/.467 en 1 727 partidos, anotando 303 cuadrangulares, 338 dobles, 781 bases por bolas y 965 carreras impulsadas.
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