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El duelo que se disputará el próximo sábado entre el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez y el estadounidense Terence Crawford será el más significativo del boxeo global en 2025.
Desde que empezó a rondar la especulación sobre la viabilidad del encuentro entre ambos, los expertos y conocedores del deporte activaron la alarma acerca de quién podría salir vencedor.
No hay quien cuestione las excelentes cualidades que Crawford ha demostrado a lo largo de su trayectoria, aunque el ascenso de dos categorías constituye su mayor escollo para derrotar a un Canelo que compite en su peso natural.
El historial profesional de Terence, que está ya cerca de los 39 años y cumplirá 28 este mes, se sitúa en 41‑0‑0 con 31 nocauts, mientras que Álvarez cuenta con 35 victorias, cuatro menos, pero con un curriculum más agotado: 63‑2‑2 y 39 nocauts.
Los aficionados al boxeo pagarán por presenciar la posible caída del invicto de Crawford o la tercera derrota de Canelo. Cualquiera de estos desenlaces será un hito importante en la historia del pugilismo profesional.
El Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, acogerá este sábado 13 a miles de espectadores que pagarán un ojo de la cara y la mitad de otro por presenciar este choque.
Considero que el azteca tiene que salir airoso, pues compite en su peso natural, mientras Crawford abandona brevemente la categoría superwélter, donde ostenta el título de campeón de la AMB y es interino de la OMB.
Este combate dejará a ambos púgiles muy cómodos económicamente, pues se calcula que la garantía para Canelo superará los 150 millones de dólares, mientras que Crawford recibirá al menos 50 millones. Al final, parece que incluso el perdedor sale ganando.
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