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“Ay, doctora, la vida adulta es complicada”, esta es una de las justificaciones que esgrimen los adictos al café, según detalla la nutricionista Annie Veloz.
Entre los signos que exhibe un paciente con el síndrome de abstinencia por cafeína se encuentran: cefalea intensa y persistente, debido al exceso de cafeína a nivel cerebral. Asimismo, genera ansiedad, mal humor, temblores, palpitaciones por taquicardia y sudoración fría, detalla Veloz.
Igualmente, los pacientes con gastritis experimentan acidez estomacal y también puede predisponer al reflujo gastroesofágico, como síntomas más frecuentes. En este caso, la especialista aconseja evitar esta bebida o consumirla después del desayuno.
“Ellos manifiestan síndromes de abstinencia como con cualquier otra droga y me llaman y me llaman insistentemente y yo les sugiero que en una taza, en lugar de café, tomen té caliente”, pero explica que este último también posee una sustancia similar llamada teína, por lo que solo lo emplea como sustituto para mitigar la dependencia a la cafeína.
Ahora bien, ¿cuál es la porción idónea de café al día? La especialista sugiere de dos a cuatro tazas diarias, siempre y cuando la persona goce de buena salud, es decir, que no sufra de hipertensión, diabetes o depresión.
“A partir de cuatro a cinco tazas en adelante, se considera un exceso de cafeína y también puede desencadenar otros problemas de salud, como aumento de la frecuencia urinaria”, afirma.
Debido a esas desventajas, la especialista desaconseja el consumo de café en niños, adolescentes y mujeres embarazadas. En el caso de la gestación, en los primeros tres meses puede provocar un aborto.
Subraya que no solo el café amargo es el problema, lo que lo agrava son los componentes agregados como el azúcar y la crema.
“Si una persona es diabética o tiene predisposición a la resistencia a la insulina, esa persona cada vez que toma su cafecito con azúcar está elevando los niveles de glucosa y ahí el problema no es el café, sino el azúcar.
-Ventajas del café-
El café tiene más beneficios que desventajas, explica la doctora, ya que contribuye en muchas enfermedades a nivel cerebral, ayuda a prevenir el párkinson, el alzhéimer y, además de ser considerado un energizante, actúa como antioxidante, lo cual ayuda a prevenir, según estudios médicos, diferentes tipos de cáncer como el de hígado, enfermedades hepáticas, cálculos biliares y renales.
“Hay numerosos estudios que demuestran que el consumo de café implica menos riesgos de accidentes cerebrovasculares y realmente tiene más ventajas que desventajas”, reiteró.
-El café por la noche-
La costumbre de consumir café por la noche impacta en la calidad del sueño, predispone al insomnio y a un sueño que no es reparador.
“La noche está hecha para descansar, para dormir, no para comer ni ingerir ningún tipo de alimento. No importa si es fruta, agua y mucho menos un energizante porque daña el sistema nervioso central, lo que causa depresión, ansiedad y problemas cardiovasculares.
-Mito-
La nutricionista desmintió el mito de que tomar café “quita el hambre”.
“En mis 20 años de estudio y en mi experiencia en consulta puedo asegurar que no hay evidencia científica de que este energizante quite el hambre como tal, lo que sí puede ser es un placebo, que es cuando el cerebro sustituye unas cosas por otras”.
“El café ayuda más bien a disminuir o calmar esos episodios de ansiedad que muchas veces se confunden con el hambre y, como es un energizante, te ayuda a sentirte mejor, pero hambre como tal no hay evidencia científica”.
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