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Caos humanitario en Georgia después de la redada migratoria en la planta de Hyundai

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ONG internacionales señalan un notable incremento de llamadas de ayuda provenientes de familias temerosas que han perdido a sus seres queridos y su fuente de ingresos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Georgia, EE. UU. – El operativo migratorio a gran escala realizado en una planta de Hyundai en el sureste de Georgia, en el que cerca de 500 empleados fueron puestos bajo custodia, ha generado una crisis humanitaria en la zona. ONG internacionales señalan un notable incremento de llamadas de ayuda provenientes de familias temerosas que han perdido a sus seres queridos y su fuente de ingresos.

Rosie Harrison, directora de Grow Initiative, aseguró que desde el comienzo del operativo, las familias de escasos recursos, tanto inmigrantes como locales, “viven una nueva dimensión de crisis”.

De los 475 detenidos, la mayor parte eran surcoreanos previamente expulsados, lo que la convierte en la redada más grande de los últimos veinte años. No obstante, un número considerable de trabajadores de otras nacionalidades —mexicanos, guatemaltecos y venezolanos— siguen en una situación jurídica incierta.

“Hay gente que llama a diario y la lista parece no cerrar”, lamentó Harrison.

El operativo, ejecutado por agentes de ICE, desató situaciones caóticas. Los empleados que lograron huir se ocultaron en conductos de ventilación e incluso en una piscina de aguas residuales.

Vanessa Contreras, vocera de Migrant Equity Southeast, relató que fueron bombardeados con llamadas de urgencia de familiares que no lograban localizar a sus seres queridos.

Abogados y defensores que representan a los detenidos sostienen que, pese a la retórica de la administración Trump sobre los inmigrantes “delincuentes”, muchos de los arrestados contaban con permiso legal para trabajar en el país.

El abogado Charles Kuck citó el caso de dos clientes beneficiados por el programa DACA; uno de ellos ya ha sido liberado.

El impacto del operativo se ha sentido de forma contundente en las comunidades locales. Numerosas familias se han quedado sin su único sostén económico y luchan por conseguir recursos básicos como alimentos y leche de fórmula para sus bebés.

Rosie Harrison manifestó que la mayor parte de las familias que la han llamado no entienden la razón de la detención de sus seres queridos, pues disponían de permisos de trabajo válidos.

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