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LOS ÁNGELES – Al cerrar los ojos y sumergirnos en un sueño profundo, nuestra mente alcanza la llamada fase REM, marcada por rápidos movimientos oculares y una intensa actividad cerebral semejante a la vigilia. En ese estado, la conciencia se desplaza a otros mundos, donde todo es posible pero nada es tangible, conformando el misterioso universo de los sueños.
Ese ámbito onírico, envuelto en una atmósfera única y escenario de todo tipo de sucesos fantásticos, sigue siendo un gran acertijo para la ciencia.
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Viajamos hacia ese territorio desconocido y sin mapear cuando soñamos. Allí vivimos experiencias “imposibles”, como volar usando solo nuestro cuerpo o conversar con personas fallecidas, y percibimos con todos los sentidos imágenes, lugares, objetos, seres o sonidos pertenecientes a realidades distintas a las que conocemos cuando estamos despiertos.
“Pasamos un tercio de nuestra vida soñando, y los sueños han inspirado revoluciones científicas, obras maestras del arte y decisiones que han cambiado el curso de la historia”, afirma el doctor Rahul Jandial, renombrado neurocirujano y neurobiólogo, que combina la precisión quirúrgica con la curiosidad científica para desentrañar los misterios del cerebro humano.
El doctor Jandial es reconocido por sus complejas resecciones de tumores, por liderar investigaciones pioneras en The Jandial Laboratory (EE. UU.) y por sus actividades en la International Neurosurgical Children’s Association (INCA), organización sin fines de lucro que fundó, así como por sus viajes alrededor del mundo para realizar neurocirugías en hospitales necesitados.
Este neurocirujano y neurobiólogo, autor del libro “¿Por qué soñamos?”, donde brinda claves para potenciar nuestro rendimiento, creatividad y bienestar a través de los sueños, expone a continuación una serie de aspectos llamativos y poco conocidos sobre el mundo onírico, revelados por la investigación científica.
EXPERIENCIAS SOÑADAS QUE PARECEN REALES
“Desde el punto de vista fisiológico, la alegría que sentimos al soñar no difiere de la que experimentamos cuando estamos despiertos. Lo mismo ocurre con el terror, la frustración, la excitación sexual, la ira o el miedo”, explica Jandial.
“Cuando soñamos que corremos, se activa la corteza motora, la misma zona cerebral que utilizaríamos si realmente estuviéramos corriendo. Si soñamos que un amante nos acaricia, la corteza sensorial se estimula de la misma forma que cuando lo vivimos en vigilia”, dice, para justificar por qué las vivencias físicas en los sueños aparecen tan reales.
SUEÑOS SIMILARES EN TODO EL MUNDO Y DESDE SIGLOS
“Muchos de los sueños que experimentamos hoy son parecidos a los que describían los egipcios de los faraones o los romanos de Julio César. Algunos trastornos del sueño registrados en China hace más de 1.800 años incluyen soñar que se vuela, que se cae a un abismo y los terrores nocturnos”, apunta este especialista en neurología.
“Los sueños son sorprendentemente semejantes en todas partes, sin importar el idioma, si se vive en zona urbana o rural, en un país desarrollado o en vías de desarrollo, o el nivel socio‑económico”, subraya.
SOÑAMOS DE TODO TIPO DE ESCENARIOS SIN JUZGARLOS
“La mente soñadora despliega todo tipo de escenarios hipotéticos sin emitir juicios. Por eso podemos soñar que somos del sexo opuesto, que tenemos una orientación sexual diferente, o colocarnos en situaciones interpersonales que resultarían improbables o incluso desagradables si las vivieramos despiertos”, indica Jandial.
EL MUNDO ONÍRICO ES INMUNE A LA TECNOLOGÍA……..
“Las tecnologías que han transformado radicalmente nuestra vida desde los años 50 apenas influencian los sueños”, afirma el doctor Jandial.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Por qué las pantallas no te dejan dormir? Puede que no sea la luz azul…….. Explica que “la televisión, los ordenadores, internet o los móviles apenas aparecen en los relatos que la gente escribe sobre sus propios sueños” y que, al parecer, “ni siquiera la adicción actual a las redes sociales ha invadido nuestra vida onírica”.
LAS PESADILLAS SON UN FENÓMENO UNIVERSAL
“Todos experimentamos pesadillas y, hasta donde sabemos, siempre han sido parte de la condición humana”, sostiene este neurobiólogo.
Destaca que “los motivos de los malos sueños son predecibles. Los cinco temas más comunes en todo el planeta y a lo largo del tiempo son: fracaso e impotencia, agresión física, accidentes, ser perseguido y problemas de salud o muerte”.
Además, “como las pesadillas son los sueños más intensos y difíciles de olvidar, pueden elevar nuestro nivel de ansiedad. Al día siguiente de una pesadilla, la mayoría de la gente está más ansiosa y su estado emocional es menos estable que en noches sin pesadillas”, explica.
LA AGOBIANTE SENSACIÓN DE ESTAR PARALIZADO……..
“Se estima que hasta un 40 % de la población general ha experimentado ‘parálisis del sueño’ (sensación de no poder moverse) al menos una vez”, comenta el doctor Rahul Jandial.
Recuerda que “en la antigua Mesopotamia culpaban a un íncubo, un demonio masculino que quería mantener relaciones sexuales con mujeres dormidas, o a su equivalente femenino, el súcubo”; y que “en la región italiana de Abruzo se culpaba a una bruja malvada llamada ‘pandafeche’”.
TE PUEDE INTERESAR: ‘Vamping’, cuando la tecnología le roba el sueño a los jóvenes…….. “En Egipto se atribuía la experiencia a la presencia de un espíritu maligno llamado jinn. En China, la parálisis del sueño se explicaba como la visita de un fantasma, mientras que los inuit (pueblo indígena de las regiones árticas) la describían como el ataque de un chamán al alma vulnerable del soñador”, añade.
LOS SUEÑOS ERÓTICOS…….. “Ya sea que involucren besos u otras cosas, los sueños eróticos pueden hacernos sonrojar de placer o inundarnos de celos”, según Jandial……… Aunque también pueden inquietarnos, al preguntarnos qué significa soñar con un ex o que nuestra pareja tenga ese tipo de experiencia con otra persona, o si esos sueños revelan algo sobre nuestros deseos reales, según el experto……… “Al parecer, los hombres solteros tienen sueños eróticos con mayor frecuencia que los que están en una relación estable, mientras que las mujeres reportan más sueños sexuales cuando extrañan a su pareja o están en pleno romance”, añade……… “Sin embargo, la vida onírica de hombres y mujeres converge en un punto: casi todos somos infieles en los sueños”, subraya.
TEMPLOS PARA SOÑAR DE LA ANTIGÜEDAD…….. “Los egipcios antiguos erigían ‘templos del sueño’ donde los creyentes pasaban la noche con la esperanza de que el lugar les indujera sueños que los curaran de alguna enfermedad o les ayudaran a tomar decisiones cruciales”, comenta el especialista……… Añade que “en la Grecia clásica, la gente acudía a templos especiales para rogar que se les enviara un sueño que resolviera sus problemas, en una práctica conocida como incubación”……… La investigación actual indica que incubar sueños va más allá de una práctica arcaica basada en la fe, pues se sustenta en datos científicos, puntualiza……… EL PROCESO EVOLUTIVO DE LOS SUEÑOS…….. El doctor Jandial asegura que “los sueños evolucionan a medida que avanza la noche. Tienden a incluir más elementos de la vida cotidiana al inicio, mientras que lo que soñamos al final de la noche suele ser más emocional y contener recuerdos autobiográficos más antiguos”……… “La tonalidad de los sueños también cambia: al comienzo de la noche son más negativos y se vuelven más positivos conforme avanza la madrugada”, añade……… CONFLICTOS DE PAREJA DURANTE LA FASE REM…….. Jandial señala que “cuando soñamos con un conflicto con nuestra pareja, aumenta la probabilidad de que ese conflicto ocurra al día siguiente”; y que “en relaciones poco saludables, los sueños de infidelidad se asocian con una disminución de la sensación de amor e intimidad en los días posteriores”……… “Un estudio con mujeres divorciadas concluyó que las que llevaban una vida más saludable continuaban soñando con sus exparejas, pero respondían de forma neutral, sin reacciones negativas, cuando su ex aparecía en el sueño”, argumenta……… “Esa indiferencia emocional resultaba liberadora y les permitía superar mejor el divorcio. Soñar con el ex no indicaba deseo de volver ni arrepentimiento; la clave para interpretar sus sueños era la emoción que provocaban, más que el contenido”, concluye.
DESTACADOS:
– “Pasamos un tercio de nuestra vida soñando. Los sueños han inspirado revoluciones científicas, obras maestras del arte y decisiones que han cambiado el curso de la historia”, destaca el reconocido neurocirujano y neurobiólogo Rahul Jandial.
– “El origen de la vida onírica no es un misterio: es el resultado de una asombrosa transformación que ocurre en tu cerebro cada noche. Lo que sigue siendo un enigma es cómo podemos aprovechar su poder a nuestro favor”, indica el doctor Jandial.
– “La neurociencia está demostrando que los sueños tienen un impacto increíble en nuestra mente y cuerpo; y que los límites entre los estados oníricos y la vigilia no son tan claros como se creía hasta ahora”, asegura el neurobiólogo.
Por Ricardo Segura – EFE Reportajes.
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