Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Redacción Ciencia. “Hemos iluminado cada neurona del cerebro como si fuera un árbol de Navidad”, describe el neurocientífico Alexandre Pouget al presentar el mapa completo de la actividad neuronal, evidenciando que el cerebro funciona como un todo en la toma de decisiones y que las expectativas previas son importantes.
Este investigador de la Universidad de Ginebra y su laboratorio, en colaboración con otros once equipos de investigación europeos y estadounidenses, han desarrollado un mapa detallado a nivel celular de cómo se toman las decisiones en todo el cerebro de un ratón. Sus resultados aparecen en dos artículos en la revista Nature.
Los científicos del consorcio Laboratorio Internacional del Cerebro (IBL) han mapeado la actividad de más de 650.000 neuronas individuales de los roedores durante un proceso de toma de decisiones, cubriendo 279 áreas del cerebro, que en conjunto representan el 95 % del volumen cerebral de este animal, muy utilizado en investigación neurológica por su similitud con los humanos.
La tarea que realizaron los ratones consistió en colocarlos frente a una pantalla donde aparecía una luz, a la izquierda o a la derecha. El animal debía mover una pequeña rueda en la dirección adecuada hacia la que salía la luz para obtener una recompensa.
En algunas ocasiones, los investigadores ponían una luz tan tenue en la pantalla que el ratón casi tenía que adivinar hacia qué lado girar la rueda. En esos casos, vieron que los roedores se guiaron por su conocimiento previo de la frecuencia con que la luz había aparecido a la izquierda o a la derecha para tomar una decisión.
Esta suposición de los ratones permitió a los investigadores estudiar cómo las expectativas previas influyen en la percepción y la toma de decisiones.
Una comunicación constante
El primer estudio, titulado “Un mapa de la actividad neuronal en todo el cerebro durante comportamientos complejos”, ha corroborado que las señales de toma de decisiones se distribuyen por todo el cerebro y no se localizan en regiones específicas, mientras que en el procesamiento de la información las áreas están más delimitadas.
En esta línea, el estudio cuestiona el modelo jerárquico tradicional de la función cerebral y demuestra que existe una comunicación constante entre las áreas del cerebro durante la toma de decisiones, el inicio de la acción y la recompensa.
En resumen, el cerebro funciona más como un todo que por partes cuando se trata de generar comportamientos complejos, lo que implica que los neurocientíficos tendrán que adoptar un enfoque más global en el estudio del cerebro.
El cerebro, una máquina de predicción
La segunda investigación, “Representaciones en todo el cerebro de la información previa”, ha confirmado que las expectativas previas o las creencias sobre lo que es probable que suceda basadas en la experiencia reciente se codifican en todo el cerebro y no solo en las áreas cognitivas, como se pensaba hasta ahora. Así, las expectativas se crean incluso en áreas sensoriales tempranas como el tálamo, el primer filtro del cerebro para la información visual que proviene del ojo.
Este hallazgo prueba, a juicio de los investigadores, que el cerebro actúa como una máquina de predicción, con expectativas codificadas en diferentes regiones cerebrales que desempeñan un papel central en la orientación de las respuestas conductuales.
Los investigadores apuntan a que este descubrimiento tendrá implicaciones para la comprensión de afecciones como la esquizofrenia y el autismo, que se cree que están causadas por las diferentes formas en las que las expectativas se actualizan en el cerebro.
Los grandes avances, en equipo
Los datos de estos estudios, junto con los protocolos utilizados para recopilarlos, estarán a disposición de la comunidad científica para su posterior análisis e investigación.
De cara al futuro, el equipo del IBL tiene previsto ampliar su enfoque inicial sobre la toma de decisiones para seguir haciendo avances en neurociencia.
Otro macroproyecto de investigación estadounidense, BRAIN (cerebro), ya logró mapear ópticamente la actividad de más de un millón de neuronas en un ratón hace dos años.
Uno de los líderes científicos de BRAIN, el español Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia en Nueva York, señala que los hallazgos conocidos hoy “son un avance importante en la aplicación a animales de una tecnología que empieza a ser utilizada en pacientes”.
“Este trabajo también ha sido realizado por un gran consorcio de laboratorios, demostrando que la neurociencia moderna, y en general toda la biología, se va pareciendo cada vez más a la física, donde los grandes experimentos se hacen en grupo”, agrega en una reacción recogida por Science Media Centre España.
Agregar Comentario