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En Chicago, los latinos temen incluso asistir a la iglesia por los operativos policiales

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Normalmente tendría el doble de mesas, pero en la última reunión sólo tres personas se presentaron», señaló a la AFP.

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Chicago, EE. UU. – Francisco Arriaga organiza una cena semanal en el sótano de una iglesia de la ciudad, pero en los últimos tiempos ha dispuesto menos mesas, ya que los asistentes evitan acudir por temor a las redadas anti‑inmigrantes dictadas por el presidente Donald Trump.
«Todos sienten miedo, no solo los indocumentados», comenta Arriaga, director de música de la Iglesia Católica San Pablo en Pilsen, un barrio que concentra gran parte de la población latina de Chicago.
«Normalmente tendría el doble de mesas, pero en la última reunión sólo tres personas se presentaron», señaló a la AFP.

El flujo peatonal en Cermak Road, la principal arteria de Pilsen y zona de comercios y restaurantes, ha descendido en las últimas semanas tras los anuncios de operativos y la amenaza de Trump de enviar tropa de la Guardia Nacional.
«Si la gente piensa que esto se va a detener con la comunidad migrante, permitirá que el régimen de Trump normalice la situación, y cualquiera podría ser el siguiente», advirtió el concejal Byron Sigcho‑López.

Después de los despliegues de tropas y redadas de deportación en Washington y Los Ángeles, el gobierno del republicano Trump lanzó el lunes una operación de control migratorio en Chicago, una ciudad dirigida por demócratas.
Sigcho‑López afirma que, hasta ahora, las detenciones realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Chicago no han sido masivas, aunque eso no atenúa la preocupación.
«Trump está provocando, esa es su estrategia. Le decimos a la gente que es fundamental mantener la calma y grabar todo con sus teléfonos para documentar lo que ocurre», declaró.

Chicago, con 2,7 millones de habitantes, cuenta con más de 800 000 personas que se identificaron como hispanas o latinas en el censo de 2020. Se calcula que alrededor de 150 000 residentes viven en condición migratoria irregular, lo que equivale a cerca del 8 % de los hogares.

Los hermanos Eric y Jessie Ruiz, de 45 y 50 años, han crecido en Pilsen y, al igual que su padre, son ciudadanos estadounidenses, pero siguen temiendo ser arrestados de forma arbitraria.
«Lo tengo presente a cada instante. Me preocupa mi padre, que ya supera los 70 años», comentó Eric.
«Crecimos aquí y nunca habíamos tenido que enfrentar algo así», añadió su hermana. «La ciudad no aceptará que el ICE realice redadas aquí y esa será la excusa (de Trump) para enviar a la Guardia Nacional».

Mike Oboza, cantante de un club nocturno, fue testigo reciente de un arresto del ICE en Pilsen y quedó profundamente impactado.
«No sabía qué hacer. Me quedé paralizado», relató Oboza. «No sé cuándo podré volver a cantar, ni si podré hacerlo».

Robert Pape, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago y especialista en violencia política, teme que la ciudad se convierta en un «polvorín».
«Es indispensable que la comunidad repita, de forma pública y abierta, el mensaje de no violencia», enfatizó a la AFP.

Algunos, sin embargo, podrían ver con buenos ojos la llegada de tropas.
«Con frecuencia hay una fase de luna de miel», explicó Pape, recordando la presencia de fuerzas federales en Portland, Oregón, en 2020, aunque añadió que esto suele intensificar el malestar social general y la violencia política.
«A la gente no le agrada la delincuencia, pero las ocupaciones militares le desagradan aún más, y ciertamente no aceptará un estado policial si se prolonga por varios meses», opinó.

Por el momento, los residentes, sobre todo los de la comunidad latina, hacen todo lo posible por seguir con su vida cotidiana y defender sus derechos.
Eso fue lo que Vanessa Escobar, estudiante de 18 años de la Universidad Roosevelt, explicó que hacía el lunes por la noche en una manifestación contra el ICE en el centro de Chicago, a unos diez kilómetros de Pilsen.
«Soy mexicana‑estadounidense y es crucial que mi comunidad sea escuchada. Estoy aquí por quienes tienen demasiado miedo de salir. Lo que Trump está haciendo es aterrador», dijo Escobar.

Mientras muchos se quedan en casa y limitan sus salidas diarias, la iglesia de San Pablo preparó la celebración del Día de la Independencia de México.
Antes de la fecha, Arriaga no descartaba la presencia de público no latino que se solidarice, «y eso es positivo», concluyó.

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