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Santo Domingo – La sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito fue el marco de una noche inolvidable al albergar la XVI Gala Benéfica Estrellas de la Danza Mundial.
En un ambiente impregnado de magia y sentimiento, el público gozó de un espectáculo donde la danza se erigió como un lenguaje universal capaz de transmitir emociones profundas sin necesidad de palabras.
La esencia de la velada se vio definida por la entrega de cada intérprete, que convirtió su cuerpo en un medio de comunicación para expresar amor, desamor, fuerza y vulnerabilidad.
En su forma más pura, la danza permitió a los asistentes vivir intensamente cada paso, cada giro y cada silencio, reafirmando que el arte también es una vía para conectar corazones.
Uno de los momentos más aclamados fue la brillante actuación de la bailaora Patricia Donn, quien, con un flamenco cargado de energía y carácter, logró “hablar alto” mediante su taconeo vibrante y su dominio escénico. Al terminar su número, toda la sala se puso de pie.
La gala reunió en un mismo escenario a artistas de renombre internacional, como Elisabetta Formento de la Compañía Nacional de Danza de España, Cristiano Principato del Estonia National Ballet, Emma Topolova y Patrick Yocum del Boston Ballet, Dawn Atkins y Stanislav Olshanskyi del Miami City Ballet, así como Lorena García y Yonger Castellanos de Otro Lado Dance Company.
La representación dominicana quedó a cargo de las figuras principales del Ballet Nacional Dominicano, bajo la dirección de Pablo Pérez.
La variedad de géneros presentados, desde el clásico hasta el contemporáneo, pasando por la potencia del flamenco, ofreció un programa rico en matices, capaz de satisfacer tanto a los amantes del virtuosismo técnico como a quienes buscan en la danza una experiencia espiritual.
Espectáculo – Director
Bajo la dirección artística de Paul Seaquist, la gala fue diseñada con una visión integral que cuidó cada detalle de la puesta en escena, mientras que la producción estuvo a cargo de Monika Despradel.
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