Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
La Presidencia de la República promulgó el jueves pasado el decreto 521‑25, mediante el cual se declara de máxima prioridad la “intervención y recuperación”, entre otras acciones, del río Ozama con el objetivo de “regenerar” los terrenos que se encuentran a lo largo de sus márgenes.
Esta medida, dictada por el presidente Luis Abinader, llega apenas dos días después de que la Sociedad Dominicana de Infectología (SID) advirtiera que el cauce está contaminado por bacterias con una fuerte resistencia a los antibióticos.
Según el informe de referencia que utilizan los especialistas, estos patógenos pueden provocar diversas enfermedades infecciosas, constituyendo una amenaza para las familias que habitan cerca del río.
Al entrevistar a algunos residentes de sectores de Santo Domingo Este (SDE) que bordean la cuenca, manifestaron preocupación por los problemas de salud registrados recientemente.
“Sí, a un niño que vive junto al río le aparecieron erupciones en la piel después de haber estado en contacto con el agua”, comentó ayer a este medio un hombre que prefirió permanecer anónimo, pero que lleva más de 34 años en la comunidad de El Dique.
A este panorama se suma la contaminación provocada por los depósitos improvisados de residuos sólidos y la proliferación de insectos como los mosquitos, favorecida por el agua estancada que cubre calles y aceras.
“En tiempos de ciclones… aparecen en las familias que viven aquí el dengue, la malaria y otras enfermedades que surgen por la acumulación de agua…”, explicó Andrés Ruiz, quien se identifica como representante de la comunidad La Lira en SDE y reside allí desde hace más de 25 años.
Mientras tanto, el decreto presidencial no detalla acciones concretas para mejorar la sanidad del caudal, limitándose a señalar los espacios donde se han asentado poblaciones humanas.
Movilización de familias
Los vecinos consideran que la solución inmediata pasa por facilitar la reubicación de quienes “sobreviven” en las áreas periféricas del Ozama, por lo que esperan “agilidad” en los trámites estatales y una pronta liquidación a los propietarios para la compra de sus viviendas precarias. Además, según explicó uno de los habitantes, Ruiz, el Gobierno debe diseñar un plan que proporcione una nueva vivienda a los residentes al entregar sus hogares a las autoridades, evitando que la solución sea únicamente económica.
“De hecho, el gobierno debió haber elaborado un programa de desalojo o reubicación que ofreciera a la familia, al menos, un proyecto habitacional casa por casa. No basta con darles unos pocos pesos y obligarlos a mudarse; tendrán que buscar alquiler, pasando de ser dueños a inquilinos”, afirmó Ruiz.
Con la orden del presidente, la población considera que las autoridades deben crear “las condiciones para que las personas que aún no han sido desalojadas y que viven en el perímetro reciban un trato más digno”.
Un decreto similar
En junio de 2014, el biólogo William Gutiérrez realizó un estudio que reveló altos niveles de toxicidad y contaminación dentro del río Ozama, según reportes periodísticos. Meses después, el expresidente Danilo Medina aprobó el decreto 260‑14, declarando de “alta prioridad nacional” la rehabilitación, saneamiento, conservación y uso sostenible de la cuenca, y ordenó la constitución de una comisión para su ejecución. Actualmente, se desconoce cuál ha sido el impacto de esa iniciativa.
Agregar Comentario