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Este domingo se cumplieron exactamente 46 años de que República Dominicana sintió la furia del huracán David, quien se paseó por el país caribeño en categoría cinco, con vientos superiores a los 280 kilómetros por hora en la escala Saffir Simpson, dejando a su paso más de 2.000 fallecidos, cientos de lesionados, miles de desplazados y destrucción de las plantaciones.
El ciclón entró al territorio entre San Cristóbal y Baní, arrasando en pocas horas con el 70 % del alumbrado eléctrico y telefónico, además de afectar severamente los sistemas productivos en Santo Domingo, San Cristóbal, Monte Plata y San Pedro de Macorís.
En la madrugada del 1 de septiembre de 1979, David cruzó sobre San Juan y salió del país por Elías Piña, con rumbo a Haití y Cuba. No obstante, sus ráfagas de viento con fuerza de huracán y las crecidas de ríos como el Yaque del Norte provocaron inundaciones y daños en todo el territorio nacional.
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La magnitud de la destrucción fue tal que puentes, acueductos y miles de viviendas colapsaron, el servicio eléctrico quedó totalmente paralizado e incluso árboles centenarios fueron arrancados de raíz.
La alerta de su llegada aún resuena en la memoria de quienes vivieron la tragedia: “El intenso y peligroso huracán David continúa desplazándose hacia el oeste-noroeste y se espera que penetre al territorio dominicano cerca de la provincia de Barahona, a eso de las siete de la noche”, anunciaba un locutor del entonces Servicio Nacional Meteorológico el 31 de agosto.
Apenas unos días después del paso del huracán, el país fue golpeado por la tormenta tropical Federico, que trajo lluvias ininterrumpidas por dos semanas. Su incidencia complicó las labores de rescate y agravó la crisis, retrasando la reconstrucción del aparato productivo nacional.
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