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Después de seis años de ausencia, el cantautor vuelve al escenario musical con el merengue como emblema.
Tras casi seis años fuera de los escenarios, el cantautor dominicano Jandy Feliz, conocido por su carrera como solista y por su participación esencial en grupos como Chichí Peralta y Son Familia, regresa a los conciertos.
Feliz retoma el terreno musical con una propuesta que lo enlaza con sus raíces y con nuestro género autóctono: el merengue. “Amor bonito” es la carta de presentación de esta fase en la que conjuga su fe y su compromiso con la música romántica y los ritmos locales.
En este álbum, Jandy se aleja del estilo más cercano al son y la balada que lo había caracterizado en épocas anteriores y otorga mayor protagonismo al merengue; de los seis temas, tres son fusiones con este ritmo, además de incorporar bachata y son como acompañantes.
“El merengue es un género fascinante que tiene gran flexibilidad. Se puede combinar con muchísimas cosas y es una maravilla”, comentó el músico durante una visita a LISTÍN DIARIO. Apostar por el merengue tiene una razón de ser: “Quise inclinarme hacia el merengue también por una causa patriótica. Es un patrimonio cultural de la humanidad y, como dominicanos, tenemos la obligación de seguir cultivándolo”.
Sin embargo, reconoce que este estilo enfrenta retos importantes y dificultades, como los costos de producción, que resultan más elevados que en otros ritmos.
“Producir merengue no es barato, partimos de ahí”, señaló. “No es lo mismo que una bachata; una bachata con un par de guitarras, un piano, un bongó y una güira basta, pero para el merengue hay que buscar dos saxofones, dos trompetas, un trombón, más el bandón, tres coristas; es un montaje grande. Y, al fin y al cabo, muchos ven la música como un negocio. No necesariamente los artistas lo vemos así, pero para tener cierta vigencia y proyectarte, necesitas entrar, como dicen, en la parte del business. Entonces, es más sencillo mantener un grupo de bachata que uno de merengue”.
A esto se añade la escasez de nuevos exponentes que se aventuren en el género y la limitada colaboración entre los propios merengueros, contraste marcado con la unión que suele observarse en la música urbana.
“El merengue es importante para todo el mundo. Tenemos que seguir trabajando el merengue y, más aún, como dominicanos, tenemos la responsabilidad de hacerlo”, afirmó con firmeza.
Jandy es consciente de que la industria musical avanza a gran velocidad y, aunque está en plena promoción de este disco, ya planea entrar al estudio el próximo año para seguir trabajando y explorando fusiones con el merengue como base, sin descartar colaboraciones con artistas de otros géneros, incluso urbanos.
Sobre Amor Bonito
En “Amor Bonito”, Jandy rescata la esencia del amor como proyecto de vida, basado en el respeto, la admiración mutua y la fidelidad. Para él, el título refleja una convicción espiritual y confirma que Dios desea que siga abordando la música romántica.
“Hoy se confunde mucho el amor con la mera atracción sexual o con la ostentación. Para mí, el amor es un proyecto a largo plazo. Es una decisión profunda, espiritual, donde dar tiene más valor que recibir”, expresó.
Asimismo, este álbum marca el reencuentro con el público que lo anhela, particularmente en República Dominicana, ya que durante todos esos años su carrera estuvo orientada a otros países de Latinoamérica como Perú.
“Hay una nostalgia por las canciones que hicimos en los noventa y al final también uno hace la música para poder compartirla en el escenario. Y eso queremos. Es un proceso porque también deseamos que la gente disfrute lo nuevo”.
“Yo me retiré en 2019, un año antes de la pandemia”, recordó el artista durante la conversación, y añadió que en los meses más duros del confinamiento fue cuando más compuso.
“Durante la pandemia hice un disco llamado ‘En el principio’, totalmente cristiano, y se llama así porque tiene siete temas como siete días, pero es un disco inédito, muy chévere. Lo grabamos en las casas porque los estudios estaban cerrados y eso es una de las cosas interesantes del disco: lo grabamos en los hogares de los músicos. Estuvimos activos durante la pandemia; pude ser aún más activo”.
Sobre el proceso creativo, asegura que las canciones “lo visitan”. “Las melodías llegan a mi cabeza, no es algo que yo me proponga. Luego desarrollo la historia a partir de la primera frase que aparece. Por eso digo que cada canción es un regalo de Dios”.
