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París.- Karol G, la icónica diva del reguetón, marcó un nuevo hito en su atrevida trayectoria al encarnar a una cabaretera parisina en una función que debutó este jueves en el mítico Crazy Horse, donde se prohibió el uso de teléfonos móviles para impedir la difusión de imágenes en las redes sociales.
La cantante colombiana eligió el mismo cabaret que ha recibido a Pamela Anderson, Beyoncé y a la rapera del K‑pop Lisa, para presentar su propio repertorio y, a la vez, abrir nuevas oportunidades.
Es la primera ocasión en que el vanguardista y ecléctico Crazy Horse incorpora a una artista latina en sus 75 años de trayectoria.
En el primer día de presentación, de los cuatro actos previstos en la capital francesa (25, 26, 27 y 28 de septiembre, con dos funciones diarias), “la Bichota” levantó de sus butacas tapizadas a los 200 afortunados que pagaron al menos 210 euros para verla a escasos metros, aunque sin poder grabarla. Cada asistente debía depositar su móvil en una bolsa sellada a la entrada del icónico recinto, situado estratégicamente entre los Campos Elíseos y la Torre Eiffel. El objetivo era impedir al máximo la fuga de imágenes de un espectáculo al que todos querían asistir.
Las ocho funciones en el Crazy Horse mostraron el aviso de “entradas agotadas” apenas 24 horas después de abrir la venta.
Karol G intervino en tres momentos —al inicio, a la mitad y al cierre— de un programa de casi una hora y media.
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“Ivonny Bonita”, “Papasito” y “Tropicoqueta” evidenciaron a una Karol G empoderada, rebosante de sensualidad y magnetismo. Bajo la dirección artística de la franco‑americana Andrée Deissenberg y el mexicano Arturo Rico, y con la coreografía de la estadounidense Danielle Polanco, la reina del reguetón (34 años) sorprendió por su versatilidad.
En “Ivonny Bonita” inició su número reclinada en una hamaca; en “Papasito” interpretó a un animal enjaulado; y en “Tropicoqueta” protagonizó un espectáculo coral con peluca rubia y un vestido de volantes amarillos.
Entre los tres destellos latinos de la noche, el espectáculo contó con más de una decena de atrevidas actuaciones, en las que participaron bailarinas, cabareteras e incluso una contorsionista que ejecutó un strip‑tease boca abajo sosteniéndose con un solo brazo.
Al concluir la presentación, no hubo una canción final a petición del público, pero sí un brindis con los asistentes, no con champán como muchos suponían al estar en Francia, sino con tequila. La colombiana aprovechó para promocionar su propia marca de este destilado, acuñada en México.
“Después de tres años de trabajo increíble, por fin se ve la luz (por el lanzamiento de la marca). Quería brindar con ustedes porque ustedes son la magia y la inspiración de lo que hago”, concluyó la musa latina.
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