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El frescor de los guisantes y habas recién cosechados, el crujido del pepino maridado con flores comestibles, la memoria líquida de un vino que acaricia la boca con notas de tierra y mar, así se anuncia la experiencia sensorial que traerá la tercera edición de La Table.
Esta serie gastronómica eco-consciente, considerada la más importante de República Dominicana, se celebrará mañana sábado en el viñedo Ocoa Bay.
El menú de siete tiempos estará a cargo del chef chileno Álvaro Romero, fundador del restaurante La Mesa, en Santiago de Chile, un espacio reconocido por su cocina de raíz, de estación y de memoria, donde cada plato es un poema a los ingredientes locales.
Romero, formado en la École Culinaire Française y con experiencia en casas como Auberge du Cheval Blanc en Francia y The Singular en Chile, traerá a República Dominicana su visión de gastronomía sostenible: una cocina que respira naturaleza y honra la temporalidad de los productos.
Más que una cena, La Table es un viaje al origen. En cada edición, los comensales se sumergen en un relato hecho de texturas y aromas: un bocado que celebra el campo, otro que evoca el mar, un sorbo que recuerda el oficio del viticultor.
Preguntada sobre el momento o experiencia personal que las llevó a entender que la sostenibilidad debía ser el eje central de La Table, Lindsay Cabrera, cofundadora de La Table, respondió: “Mientras estaba sentada en la mesa de la cocina de mi abuela en un campo de la República Dominicana, la observé transformar ingredientes simples y cosechados localmente -pescado fresco, vegetales de temporada, hierbas recolectadas a mano- en comidas inolvidables, utilizando métodos transmitidos de generación en generación. Sin desperdicios, sin excesos, solo respeto por la tierra y su abundancia. Ese recuerdo cristalizó la idea de que la buena cocina debe honrar de dónde viene el alimento, y a quien lo cultivó”.
Destaca que la sostenibilidad no es una tendencia, sino un legado. “La Table nació del deseo de reconectarnos con la tierra, de mostrar la abundancia de ingredientes locales y de abrir conversaciones significativas sobre cómo podemos vivir, y comer, con más propósito”.
Carine Delvaux Marchese, también cofundadora, lo resume como una oda a la tierra. “La Table representa mi amor por la agricultura y la sostenibilidad que florece en cada plato. Es la magia de compartir la mesa, de prolongar la sobremesa y descubrir en cada rincón de la isla un universo de sabores, memorias y vidas”.
Consultada sobre cómo logran equilibrar la exaltación de los sabores locales con la visión internacional de chefs invitados como Álvaro Romero, Delvaux asegura que para ella La Table es, ante todo, una carta de amor a la tierra y a todo lo que ella produce.
“Tengo una conexión muy personal con el suelo -desde cultivar vegetales hasta trabajar con agricultores- y esa intimidad con los alimentos es lo que inspira cada edición. Cuando invitamos a chefs internacionales como Álvaro Romero, el diálogo no se trata de sustituir los sabores locales, sino de exaltarlos, de mirarlos a través de una nueva lente. Su visión global se convierte en un puente que resalta la singularidad de los ingredientes dominicanos”.
¿Qué ingredientes dominicanos espera descubrir en Ocoa Bay y cómo imagina integrarlos en su propuesta de siete tiempos para La Table? Consultamos al chef Álvaro Romero.
“Estoy muy feliz y emocionado de poder regresar a la isla, esta vez para cocinar y compartir mi trabajo con ustedes. Personalmente me gusta dejarme sorprender y poder aplicar lo que experimento en mi cocina, aprender de las culturas, de la gente, de los mercados, de los productores, y traducir todo eso en un bocado o un plato. Quiero visitar los huertos y probar todo lo que pueda. Sé que tienen mariscos increíbles. Chile también tiene una costa impresionante, así que creo que haremos un gran maridaje y viviremos una experiencia única”.
La velada incluirá cócteles de bienvenida, un recorrido por los viñedos de Ocoa Bay y un banquete servido en un “pop-up kitchen” diseñado por Food Equipment Services.
Los vinos, seleccionados entre etiquetas locales y chilenas, con apoyo de la Embajada de Chile, acompañarán cada tiempo, mientras que Evian garantizará la frescura de la noche.
Historias de campo, de mares, de bodegas y de fogones que se encontrarán mañana en una misma mesa, bajo las estrellas de San José de Ocoa.
La experiencia se completará con la música del DJ Oscar Rodríguez y una caja de regalo artesanal curada por foodieBOX. Con un precio de RD$9,000 por persona y cupos limitados.
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