Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
No cabe duda de que es encantadora y hermosa, pese a los años. Eso pudo ser parte de su encanto. En sus inicios, cuando la capital aún era pequeña, era céntrica y comercial. Pero ¿cuál era el misterio que guardaba para que tantos opositores a Trujillo, combatientes revolucionarios, militantes de izquierda vivieran en sus casas?
¿Qué secreto atraía a escritores, poetas, intelectuales, historiadores, libreros, farmacéuticos, médicos, músicos, catedráticos universitarios a vivir en esa vía donde también residieron e instalaron negocios adinerados empresarios?
Tres expresidentes dominicanos la habitaron, dos de ellos en tiempos en que quizás no imaginaban que llegarían a esa posición: Juan Bosch, joven, pero ya escribiendo y empleado. Jacobo Majluta, residente junto a sus padres y hermanos en una casita de ensueño que se conserva primorosa.
Y el tercero, Francisco Alberto Caamaño, presidente constitucionalista en 1965, que, aunque no residió, tuvo allí su despacho.
La calle, ubicada en Ciudad Nueva, está cerca de la Zona Colonial. Se conservan algunas de sus viviendas de madera. Otras han sido remodeladas.
Además, parte de la Pina la ocupa uno de los símbolos más significativos de la Independencia, la Puerta de la Misericordia, limpia, reflejando en sus bien mantenidos símbolos el recuerdo de esa gesta.
Y al comienzo de la hoy transitada arteria, el malecón, el mar, que pueden observarse desde el renovado Parque Cervantes.
Milcíades Humberto Núñez, genealogista, presidente del Instituto Dominicano de Genealogía, ha estado durante años investigando quiénes residieron en la Pina. Su padre, Milcíades Humberto Núñez Abreu, fue fotógrafo destacado de la Revolución de Abril, y en sus imágenes aparecen protagonistas de la contienda.
Además, residía en esa calle y capturó con su cámara al líder y sus simpatizantes y colaboradores.
También conocía a casi todos los moradores de la Pina.
“Comencé en 2017 a entrevistar a figuras de la Guerra y resultó que la mayoría era de la Pina”, significó el hijo. “Cada cual tiene su historia”, añade e inicia un recorrido por la vía identificando edificios, casas, negocios y sus dueños. De cada uno narra anécdotas de valentía o dolor, así fueron los casos de muchos antitrujillistas; gratas, como debieron ser las composiciones que interpretaba al piano Pedro Mir, o trágicas: el fusilamiento cercano de Antonio de la Maza y Juan Tomás Díaz, cuyos disparos se escucharon en la Pina, donde se ocultaban Aída de la Maza, su esposa; su hija y una hermana.
“Y ahí escucharon los disparos, presintieron que podía ser algo malo. Al otro día se enteraron”, comenta.
Entrevistó a más de 30 personas que residieron en la Pina y le narraron experiencias que él refiere imprimiéndoles detalles humanos, sociales, amorosos, funestos, conspirativos. Su investigación comprende los años de 1940 a 1966.
De todas las historias la que más aumentó el entusiasmo de Milcíades Núñez fue la que le narró su abuela, Angélica Abreu, al mostrarle un apartamento aparentemente solitario de balcón desolado.
“Unas vecinas le informaron que ahí se mudó una familia al final de la dictadura de Trujillo, que conspiraba contra el régimen, y se los llevaron a todos presos. Eran los Estévez Cabrera. Vivían en un edificio de cuatro apartamentos”.
Habían participado en un movimiento para eliminar a Trujillo en Moca, en 1956. Aprehendidos, torturados, los hermanos Hugo, Rafael y Gustavo fueron asesinados en 1959. Los demás miembros pudieron ir al exilio.
Menos trágicos son los relatos de Pedro Mir y René del Risco. Ambos fueron antitrujillistas. Del Risco fue encerrado y torturado en la cárcel La 40. En la segunda planta donde residió en la Pina, debió haber escrito muchos de sus poemas sociales.
Pedro Mir “vivió en una acogedora casa de madera”, hoy convertida en “Airbnb”, cuya recepción adorna un afiche con la foto del Poeta Nacional. “La vivienda es de 1930. Cuando él se casó, sus padres le construyeron ahí una independiente”.
“Estela, hermana de Pedro Mir, recuerda la etapa en que él tocaba piano, lindísimo, compuso muchas piezas. Ella le grabó un par. Ahí vivieron sus padres, hermanos y todos los hijos” del reconocido bardo. Hoy es el “Hotel Mir Residencia”.
Agregar Comentario