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Estudiantes reportan el deterioro de la infraestructura en la UASD, mientras se aprueba un aumento salarial para los docentes
Santo Domingo.- Algunas facultades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) enfrentan un significativo deterioro en sus instalaciones, hecho que inquieta a estudiantes y académicos.
Uno de los casos más notorios es el edificio Julio Ravelo de la Fuente (RN), que sigue abandonado y en ruinas, pese a que se había anunciado su remodelación. Los sanitarios de la casa de estudios también son causa de quejas recurrentes por falta de agua, ausencia de papel higiénico y largas colas para utilizarlos.
El edificio Rogelio Lamarche (RL), aunque fue rehabilitado recientemente, carece de mantenimiento: sus muros presentan humedad y la pintura ya está gastada.
De forma similar, el edificio Juan Isidro Jiménez (JJ) está en proceso de renovación, pero sus condiciones actuales afectan a la comunidad estudiantil, que denuncia la falta de ventiladores y la gran cantidad de asientos rotos.
En la Biblioteca Pedro Mir, de los tres ascensores solo funciona uno; más del 90 % de las computadoras están averiadas y gran parte del mobiliario se halla en estado precario.
A estos inconvenientes se añaden la escasa iluminación, la ausencia de cámaras de vigilancia y la limitada seguridad interna. Muchos alumnos aseguran que aún deben asistir a clases bajo la sombra de un árbol de mango, debido a la insuficiencia de aulas.
«De noche la universidad es un espacio oscuro; ni siquiera se ve por dónde se camina. La seguridad es prácticamente nula, cualquiera puede entrar a las facultades o aulas sin que le exijan identificación», señaló una estudiante.
«Durante los cinco años que llevo en la UASD he observado que los baños, en su mayoría, no están en buenas condiciones. La única excepción son los de la Facultad de Economía, que se mantienen en mejor estado. En el resto hay falta de higiene, escasez de agua y abandono en su mantenimiento, lo que afecta la comodidad y la salud de los estudiantes», expresó Anyairis Delgadillo, estudiante de Comunicación Social mención Periodismo.
La problemática se repite en numerosas aulas, donde la ventilación no funciona, los asientos están rotos y los recursos tecnológicos son limitados. Incluso la biblioteca, espacio esencial para la formación académica, presenta deficiencias con equipos dañados, aires acondicionados averiados y mobiliario deteriorado.
Actualmente, la UASD cuenta con una matrícula estimada entre 125 000 y 150 000 estudiantes, lo que ha aumentado la presión sobre sus instalaciones.
«Se ha notado un gran crecimiento de estudiantes en comparación con años anteriores. Cuando comencé, las secciones eran pequeñas, pero ahora el aumento es evidente en pasillos y aulas», comentó Jennifer Guerrero, estudiante de Comunicación Social.
«Si hablamos de espacio, la sede central tiene capacidad para acoger a los estudiantes inscritos, pero en los recintos y subcentros la situación es distinta; en varios de ellos hay sobrepoblación», manifestó Desirré María Rosso Meléndez, de 22 años, también estudiante de Comunicación Social.
A pesar de los intentos por obtener declaraciones del cuerpo docente sobre el estado de la infraestructura, varios profesores entrevistados se negaron a comentar, limitándose a hablar únicamente de los temas salariales.
UASD aprueba aumento salarial del 30 % para profesores
A los problemas de infraestructura se suma la tensión entre la universidad y su personal docente. Al inicio del semestre 2025‑20, la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (FAPROUASD) convocó un paro de docencia en todos los recintos y subcentros, en reclamo de mejores condiciones laborales y en defensa de la excelencia académica.
En respuesta, el pasado 22 de agosto el Consejo Universitario aprobó un incremento salarial del 30 % para los profesores, medida que busca aliviar el conflicto, aunque las demandas por infraestructura y servicios continúan siendo un clamor constante de la comunidad universitaria.
Durante las negociaciones entre FAPROUASD, el rector y los decanos, también se pactaron los siguientes puntos:
* Mantener las secciones con bajo cupo.
* Incluir en nómina, a partir de septiembre de 2025, a los docentes que concursaron y tienen asignada docencia, siempre que sus expedientes estén debidamente completados.
Aunque estos acuerdos no fueron presentados como resoluciones formales del Consejo Universitario, las partes asumieron los compromisos como válidos.
La gran interrogante que queda en el aire es: ¿dónde se están destinando los fondos de la universidad?
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