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LeBron James se presentó a su vigésimo‑tercer campamento de entrenamiento el lunes sin dejar entrever si será el último.
Después de una pretemporada repleta de su característico trabajo intensivo en el juego —y de una renovada afición por el golf—, el máximo anotador de la historia de la NBA se siente reanimado y centrado en la oportunidad de disputar una temporada completa junto a Luka Doncic y pelear por su próximo título con la renovada plantilla de Los Ángeles Lakers.
—Estoy entusiasmado por el día de hoy —comentó James en la rueda de prensa de los Lakers en su centro de entrenamiento—. —Me alegra la posibilidad de seguir jugando el deporte que adoro una temporada más. Sea cual sea el rumbo que tome este año, estoy muy comprometido, porque no sé cuándo terminará. Sé que será mucho antes que después.
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James también agradece otro año compartiendo la cancha con su hijo mayor, Bronny James, reserva de los Lakers, aunque asegura que la idea de coincidir en la liga con sus dos hijos no ocupa su mente en este momento.
El segundo hijo de James, Bryce, ingresará como estudiante de primer año al equipo de baloncesto de la Universidad de Arizona este otoño, por lo que el veterano es consciente de que ambos podrían estar en la NBA la próxima temporada.
—No voy a esperar a Bryce —dijo James con una sonrisa—. —No sé cuál es su calendario. Ahora es un joven independiente, está en Tucson. Veremos qué ocurre este año, el siguiente. Él tiene su propio ritmo, yo el mío, y no sé si coincidirán del todo. Ya veremos.
James cumplirá 41 años en diciembre, pero asegura que el retiro sigue siendo una idea tenue frente a su objetivo inmediato de convertir a los Lakers en contendientes al campeonato. Es plenamente consciente de la historia que está forjando al convertirse en el primer jugador de la NBA en disputar 23 temporadas, cuando tome la cancha el 21 de octubre contra Golden State.
—Es increíble reconocer todo lo recorrido y aún poder rendir a un alto nivel —declaró James—. —Para mí la edad es solo un número, aunque también es una realidad. Si miras la historia del baloncesto, no ha habido muchos jugadores de mi edad, especialmente al llegar a mi 23ª temporada, que hayan competido a este nivel. Simplemente intento no darlo por sentado y dar lo mejor de mí, inspirar a quien pueda.