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Los dirigentes buscan respuestas a los retos actuales

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El secretario general la describe como una oportunidad ineludible, incluso en los momentos más duros.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Las Naciones Unidas, creadas sobre los restos de la Segunda Guerra Mundial bajo la idea de que los estados cooperarían para enfrentar problemas políticos, sociales y económicos, atraviesan una crisis.

Los jefes de Estado se reúnen este lunes en uno de los momentos más inestables de los 80 años de historia de la ONU, y los retos que confrontan son tan graves como siempre, si no más: los conflictos sin cuartel en Gaza y Ucrania, la transformación de la política exterior de Estados Unidos, hambrunas en diversas regiones y tecnologías que evolucionan más rápido que la capacidad de regularlas.

La propia ONU, nacida de los escombros de la II Guerra Mundial con la premisa de que los países colaborarían en asuntos políticos, sociales y financieros, está en entredicho. Como afirmó el secretario general António Guterres la semana pasada: “La cooperación internacional está bajo presiones sin precedentes en nuestra vida”.

No obstante, la cumbre anual de alto nivel en la Asamblea General de la ONU congregará a presidentes, primeros ministros y monarcas de aproximadamente 150 de los 193 Estados miembros en la sede de la organización. El secretario general la describe como una oportunidad ineludible, incluso en los momentos más duros.

“Nos encontramos en aguas turbulentas, incluso desconocidas”, declaró Guterres. Señaló, entre otras cosas, que “el planeta se está sobrecalentando, nuevas tecnologías avanzan sin frenos, y la desigualdad se agranda cada hora”.

Se reúnen con la intención de construir un mundo mejor, pero ¿será posible realmente hacerlo?

Guterres anunció que aprovechará las más de 150 entrevistas individuales que tiene con líderes y ministros para instarles a dialogar, superar divisiones, mitigar riesgos y buscar soluciones: a los conflictos, para evitar un mayor calentamiento global, para regular la inteligencia artificial en expansión y para financiar los objetivos rezagados de la ONU para 2030, entre ellos erradicar la pobreza y garantizar educación de calidad para cada niño.

Aseguró que los dirigentes deben avanzar, no quedar solo en “posturas y promesas”.

Sin embargo, analistas de la ONU advierten que, en un mundo profundamente polarizado y sin perspectivas de alto el fuego en Gaza, Ucrania y Sudán, sigue siendo una gran incógnita si la cumbre logrará avances concretos.

Richard Gowan, director de la ONU para el International Crisis Group, señaló que tres temas dominarán la semana de alto nivel: la primera aparición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su segundo mandato; la terrible situación en Gaza; y el futuro de la ONU frente a recortes significativos de financiación y personal, principalmente por la interrupción de los pagos estadounidenses a los presupuestos regulares y a las misiones de paz.

Gowan anticipa que la guerra de casi dos años en Gaza será el eje central, mientras Israel lanza una gran ofensiva en la Franja que ha forzado la huida de miles de personas, y tras un informe de expertos independientes solicitado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que acusó a Israel de cometer genocidio en Gaza. Israel desestimó la acusación, calificándola de “distorsionada y falsa”.

Riyad Mansour, embajador palestino ante la ONU, subrayó que “Palestina será el gran elefante de esta sesión de la Asamblea General”.

El lunes será el centro de atención una reunión de alto nivel copresidida por Francia y Arabia Saudí sobre la puesta en práctica de una solución de dos estados al conflicto israelí‑palestino de casi ocho décadas. Además, la cuestión se intensifica porque el gobierno de Trump negó la visa estadounidense al presidente palestino Mahmud Abás para que participara en esa reunión y en la Asamblea General.

El viernes, la Asamblea General aprobó por abrumadora mayoría una resolución que permite a Abbas dirigirse por videoconferencia, como hizo en 2022 el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy tras la invasión rusa. Este año Zelenskyy asistirá en persona, y se espera que el Consejo de Seguridad se reúna sobre Ucrania el martes.

A principios de este mes, la asamblea votó decisivamente a favor de una solución de dos estados e instó a Israel a comprometerse con un Estado palestino. Horas antes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que “no habrá un Estado palestino”.

Más de 145 países ya reconocen a Palestina como estado, y Mansour comentó a The Associated Press el domingo que “serán diez más” los que anunciarán su reconocimiento en la reunión del lunes por la tarde. También se prevé una sesión del Consejo de Seguridad sobre Gaza, posiblemente el martes por la tarde.

Muchos temas espinosos están en la agenda

La cumbre de alto nivel arranca el martes por la mañana en la gran sala de la Asamblea General. Trump hablará poco después del discurso inaugural de Guterres sobre el “estado del mundo”.

Gowan manifestó que hay “esperanza” de que Trump llegue animado, promocionando logros internacionales que, según el presidente, merecen el Nobel de la Paz. En la agenda también figura la estrategia financiera de Trump hacia el mundo. “Obviamente, la mayoría de los líderes se concentrarán en lo que él tenga que decir sobre aranceles”, indicó Gowan, pero también sobre Rusia y China.

Otros oradores a seguir son el presidente interino de Siria, Ahmad al‑Sharaa, debutando en la escena internacional tras la destitución del exmandatario Bashar Assad en diciembre, y el presidente iraní, Masoud Pezeshkian.

El líder iraní estará en Nueva York días después de que el Consejo de Seguridad decidiera no levantar permanentemente las sanciones de la ONU a su país por su programa nuclear, pero concedió a Teherán y a las potencias europeas clave –Francia, Alemania y Reino Unido– hasta la medianoche del 27 de septiembre para pactar una pausa. De no alcanzarse un acuerdo, las sanciones se “reactivarán” automáticamente.

Durante la semana de alto nivel también se celebrarán numerosas reuniones para tratar el cambio climático; la guerra de más de dos años en Sudán provocada por militares y paramilitares rivales que ha generado la peor crisis de desplazamiento del planeta; Somalia, que alberga al grupo extremista Al‑Shabab; y Haití, donde las pandillas controlan más del 90 % de la capital y se han extendido al campo.

El lunes se conmemorará el 30.º aniversario de la Conferencia de Mujeres de Beijing, que adoptó una plataforma para alcanzar la igualdad de género. La ONU asegura que ese objetivo se vuelve cada vez más distante y Guterres ha dicho que estamos a 300 años de distancia en el camino actual.

Uno de los principales objetivos de Guterres este año: conseguir apoyo para sus planes de reforma de la ONU y hacerla más acorde al mundo tal como será en 2025. Ante los recortes de financiación de Estados Unidos y otros, la ONU anunció la semana pasada que su presupuesto operativo regular para 2026 debe reducirse un 15 % a 3.200 millones de dólares, junto con una disminución del 19 % en los puestos de personal de ese presupuesto: 2.681 plazas.

Gowan afirma que no ve a Estados Unidos ni a otras naciones alejarse de la ONU, pero subraya que está atravesando “un período extraordinariamente difícil” y tendrá que recortar y transformarse.

“La resonancia de la ONU en materia de paz y seguridad ya no es la que era”, comentó, “pero creo que la organización seguirá avanzando, aunque con tropiezos”.

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