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Rafael Valerio Estévez, pariente de José Vladimir, describió el hecho como una “ejecución premeditada” y no como un duelo.
Los familiares de José Vladimir Valerio Estévez, dueño de la barbería “Valerio Barber shop”, y de Elvis Antonio Jiménez Rodríguez, víctimas mortales de un tiroteo en la plaza de la avenida Olímpica de Santiago, solicitaron a las autoridades que clarifiquen los acontecimientos y restituyan la honra de sus seres queridos.
Afirman que los fallecidos no guardaban relación con los otros tres individuos que perdieron la vida en el suceso y ponen en duda la versión oficial de un intercambio de balas.
Rafael Valerio Estévez, pariente de José Vladimir, describió el hecho como una “ejecución premeditada” y no como un duelo.
Acusó a la policía de actuar de forma irregular al irrumpir en un inmueble que alberga varios comercios y familias.
“Ellos conocían la identidad de los delincuentes. ¿Por qué no reforzaron con otra unidad y rodearon el lugar? No, porque la intención era mandarlos a matar a todos los que estuvieran ahí”, manifestó.
El familiar sostuvo que José Vladimir, el barbero, no portaba armas e intentó identificarse como tal antes de ser abatido. “Cuando alzó la mano dijo: ‘Soy barbero, no me maten’, y de inmediato le dispararon. Al prestamista que estaba a su lado también lo eliminaron. No hubo enfrentamiento, fue una ejecución”, declaró.
Asimismo, Valerio Estévez acusó a los agentes de manipular la escena, colocar armas de forma “inverosímil” y sustraer los videos de vigilancia (DVR) del edificio.
Sobre este punto, añadió con ironía: “Agradecemos a la Policía que se haya llevado los DVR, porque eso es autoinculpatorio. El Ministerio Público ya tiene la facultad de investigar”.
También criticó las declaraciones del vocero policial, a quien imputó de vincular a su familiar con hechos delictivos de manera “superficial” y sin esperar los resultados de la investigación.
A pesar de sus denuncias, el pariente confía en que el Ministerio Público esclarezca lo ocurrido y habrá responsabilidades.
“Esto no quedará así. Sabemos que existen policías serios, pero también hay un pequeño grupo que se ha dedicado a matar y a fabricar expedientes. Esa época quedó atrás”, afirmó.
Eslayne Agramonte, esposa de Elvis Antonio Jiménez Rodríguez, el cliente fallecido, exigió a las autoridades que digan la verdad y defiendan la inocencia de su esposo y de los demás jóvenes involucrados.
Con evidente indignación y entre lágrimas, la viuda cuestionó la clasificación de sus familiares como delincuentes.
“Nosotros, los familiares, queremos que el vocero diga la verdad. ¿Dónde están los antecedentes de Julio Víctor Gómez y de los demás, si nunca han tenido problemas con la justicia?”, expresó Agramonte, añadiendo que su esposo y sus amigos solo fueron a la barbería “para cortarse el pelo, como siempre lo hacían”.
La viuda denunció que se trató de una “masacre” y que se están fabricando pruebas para justificar las muertes.
“Que no inventen armas de fuego para justificar la muerte de inocentes. La Policía mata a cualquiera y le coloca un arma para decir que hubo un intercambio. ¿Dónde está el policía herido que supuestamente hubo?”, cuestionó.
Agramonte concluyó pidiendo justicia y que se limpie el nombre de las víctimas. “La Policía está para proteger, no para matar y luego inventar historias. Queremos que se diga la verdad y se restaure la honra de nuestros familiares”, afirmó.
Los familiares se manifestaron mientras retiraban los cuerpos de las víctimas del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) de Santiago.
El pasado miércoles, cinco personas fallecieron tras el enfrentamiento entre civiles y miembros de la Policía Nacional.
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