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West Lafayette, Ind. – Hace más de diez años, los científicos aprovecharon una máquina molecular bacteriana que reconoce y corta secciones específicas de ADN, transformando la capacidad de editar genes y acelerando la investigación de tratamientos para diversas enfermedades con una base genética. Pero la tecnología, conocida como CRISPR-Cas9, funciona cortando ADN, no desplazándolo.
Ahora, en la Universidad de Purdue, los investigadores están explorando una máquina molecular semejante que traslada los llamados “genes saltarines” a nuevas ubicaciones en el ADN bacteriano, estableciendo los cimientos para una herramienta de edición genética más eficaz.
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