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Morazán, pionero de la historia centroamericana, se convirtió en el primer presidente de la federación

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Autor:** Luis Alonso Gómez Oyuela **Email:** [email protected] **DANLÍ, El Paraíso.** Se aproxima la “Semana Morazánica”.

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**Autor:** Luis Alonso Gómez Oyuela
**Email:** [email protected]

**DANLÍ, El Paraíso.** Se aproxima la “Semana Morazánica”. El empleo de este nombre buscó rescatar a Morazán del olvido, pues para los conservadores tradicionales, él representa un obstáculo; prefirieron transformarlo en una figura turística y hacer desaparecer su legado. Sin embargo, la coyuntura es propicia para rendir homenaje al estadista, revolucionario, militar, mártir y máximo héroe de Centroamérica.

**Francisco Morazán ingresó a la vida pública centroamericana el 28 de septiembre de 1821**, cuando llegaron los Pliegos de Independencia a Tegucigalpa. Allí se puso a disposición de los habitantes de la villa el contenido de los oficios, que consistían en el acta de separación que el Reino de Guatemala había formalizado respecto a la Madre España el 15 de septiembre de ese mismo mes, y el manifiesto que emitió el capitán general del reino, don Gabino Gainza.

José Francisco Morazán Quezada desempeñó el cargo de secretario general del Estado bajo la jefatura de don Dionisio de Herrera. En esa posición puso en evidencia su talento y su valor militar al defender Comayagua del 7 de abril al 9 de mayo de 1827, consolidándose como estratega y logrando la victoria en la batalla de La Trinidad el 11 de noviembre del mismo año, contra las autoridades centroamericanas arbitrarias, representadas en Honduras por el coronel Justo Milla.

Tras los éxitos obtenidos por Morazán en la hacienda de Gualcho el 6 de julio de 1828, contra las fuerzas comandadas por el coronel Vicente Domínguez, y luego de la capitulación en la hacienda San Antonio bajo el mando del coronel Aycinena, entró triunfante en la capital salvadoreña. Como jefe de Estado de Honduras, regresó para pacificar el país. Algunos pueblos se habían alzado bajo la influencia del clero y de jefes enviados desde otras provincias centroamericanas. Una vez logrado su objetivo pacifista, Morazán se dedicó a estructurar su ejército aliado, guardián de la ley.

Posteriormente, se dirigió a la capital salvadoreña, donde incrementó el número de adherentes a la causa de la libertad, y marchó hacia la Ciudad de Guatemala, sede de las autoridades federales que, dominadas por la nobleza y el clero, impulsaban la anarquía en la región desde la proclamación de la independencia de España. Tras varias acciones armadas, Morazán consiguió la capitulación del enemigo y entró a la Ciudad de Guatemala el 13 de abril de 1829.

ELECCIÓN COMO PRESIDENTE FEDERAL

Convocada la población a votar para elegir presidente federal, se presentaron en la contienda don José Cecilio del Valle y el general Francisco Morazán. El Congreso Centroamericano realizó el escrutinio y, al no alcanzar mayoría ninguno de los dos candidatos, declaró electo al general Morazán para el periodo 1830‑1834. Morazán tomó posesión de su elevado cargo el 16 de septiembre del año de su elección. En su discurso inaugural declaró: “Una ciega obediencia a las leyes que he jurado, rectas intenciones para hacer el bien general y el sacrificio de mi vida, para conservarlo, es lo único que puedo ofrecer como obsequio de tan deseado fin.”

Durante su primer mandato, Morazán volcó sus energías y entusiasmo en consolidar en Centroamérica, a través de leyes y su respetuosa aplicación, los principios democráticos; reglamentó la educación pública, fundó la Academia de Estudios, organizó de forma adecuada el ejército, impulsó la Universidad de San Carlos, el Colegio de Abogados y el Protomedicato, protegió la industria y estructuró el servicio diplomático que fomentó la inmigración, abrió rutas comerciales internas y externas, y mantuvo el respeto a todas las libertades ciudadanas como base de la práctica republicana. Para llevar a cabo su proyecto de progreso y cultura, Morazán se rodeó de las personas mejor preparadas de la región.

En 1834 se celebraron nuevas elecciones; Morazán y Valle volvieron a competir, y esta vez José Cecilio del Valle resultó vencedor. Sin embargo, no pudo ejercer el cargo porque falleció el 2 de marzo de 1834. El Congreso Federal, ante la muerte de Valle, convocó el 2 de junio del mismo año a nuevas elecciones, y Morazán fue elegido por segunda vez como presidente federal. Tomó posesión el 14 de febrero de 1835. En su segundo periodo tuvo que afrontar graves dificultades, entre ellas: A. El sede del Distrito Federal, B. La influencia de la nobleza y el clero que fomentaban la sublevación de los indígenas y los estragos de la epidemia de cólera que azotaba a los habitantes centroamericanos, situación que los enemigos de la región aprovecharon para intensificar su odio al federalismo.

Don José de Aycinena, del Partido Conservador, solicitó a Morazán que se declarara dictador a causa de los actos cometidos por Rafael Carrera. El general Morazán respondió con indignación al proponente, señalando que no podía dar tal paso sin contradecir los principios democráticos que defendía. Ante la segunda propuesta, Morazán replicó: “Me someto al destino, pues luchando por todas partes quizá sucumbiría; pero sucumbiría con honor”. Agotadas las gestiones de los políticos, los jefes de gobierno y los miembros de la nobleza, frente al general Morazán, los defensores de la dictadura, las damas de la aristocracia intervinieron halagando la vanidad del presidente federal. Organizaron un fastuoso baile y, en medio del evento, una joven y perspicaz señorita sugirió al homenajeado que, por el bien de la nación, se declarara dictador. Sin embargo, el agasajado nunca mostró la menor intención de corresponder a sus deseos. **Continuará.**

*Fuente: Personajes históricos de Honduras / Castellanos Roberto*

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