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Nepal ardiendo: Un recuento de las intensas protestas juveniles contra la corrupción

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La capital nepalí se vio envuelta en llamas y caos, con multitudes incendiando edificios estatales y símbolos del poder.

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La capital nepalí se vio envuelta en llamas y caos, con multitudes incendiando edificios estatales y símbolos del poder. Imágenes que circulaban en redes mostraban a Katmandú bajo el sonido de sirenas y columnas de humo, mientras la violencia se propagaba rápidamente a otras urbes del país.

El martes la escalada se marcó con la muerte de Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, quien falleció al ser quemada dentro de su vivienda en Katmandú, según informó a EFE un funcionario del hospital. Tres manifestantes también perdieron la vida en el Hospital Civil, según declaró a EFE el director del centro, Mohan Regmi, y la policía reportó otros dos fallecidos en un tiroteo en el barrio de Kalimati.

La dimisión del primer ministro tuvo poco efecto sobre los disturbios. Decenas de miles de manifestantes permanecieron en las calles hasta altas horas, bloqueando vías y asaltando instalaciones gubernamentales. Helicópteros del ejército trasladaron a varios ministros a lugares seguros.

Un día antes, protestas lideradas por jóvenes enfadados por el bloqueo de varias plataformas de redes sociales se adueñaron de la capital, y la policía abrió fuego contra la muchedumbre, dejando 19 muertos. La prohibición se levantó el martes, pero las protestas continuaron, alimentadas por la ira por esas muertes y por las acusaciones de corrupción política en la nación situada entre China e India.

Ante la escalada, el primer ministro Khadga Prasad Oli anunció su renuncia. El presidente la aceptó y lo designó para dirigir un gobierno interino hasta la formación de uno nuevo, aunque no quedó claro qué atribuciones tendría ni dónde se encontraba.

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El presidente ceremonial Ram Chandra Poudel hizo un llamado a los manifestantes para que entablen conversaciones y busquen una solución pacífica que detenga una mayor escalada. En un video, el jefe del ejército nepalí, Ashok Raj Sigdel, instó a los protestantes a cesar las manifestaciones para evitar más pérdidas de vidas y bienes y a acudir al diálogo. Posteriormente, en un comunicado escrito, el ejército advirtió que las fuerzas de seguridad del país estaban comprometidas con el mantenimiento del orden público. No quedó claro si el ejército, que hasta entonces había permanecido en sus cuarteles, intervendría tras el fracaso policial para controlar la situación.

Las protestas, denominadas la “protesta de la Generación Z”, comenzaron después de que el gobierno bloqueara plataformas como Facebook, X y YouTube, alegando que las empresas no se habían registrado ni sometido a supervisión estatal. Sin embargo, el descontento se amplió. Muchos jóvenes están indignados porque los hijos de los dirigentes políticos –los “nepo kids”– parecen gozar de un estilo de vida lujoso y de múltiples privilegios, mientras la mayoría lucha por encontrar empleo. Con una tasa de desempleo juvenil que rondaba el 20 % el año pasado, según el Banco Mundial, el gobierno estima que más de 2 000 jóvenes abandonan el país cada día en busca de trabajo en Oriente Medio o el Sudeste Asiático.

“Estoy aquí para protestar contra la enorme corrupción en nuestro país”, afirmó Bishnu Thapa Chetri, estudiante. “El país se ha vuelto tan malo que, para nosotros los jóvenes, no hay razón para quedarnos”.

Videos compartidos en redes mostraron a manifestantes agrediendo al líder del Partido del Congreso Nepalés, Sher Bahadur Deuba, y a su esposa, Arzu Rana Deuba, actual ministra de Asuntos Exteriores. Ambos aparecían heridos, mientras otro video mostraba al dirigente recibiendo ayuda para ponerse a salvo. El partido es el más grande del país y forma parte de la coalición gubernamental.

Los medios locales y videos en redes también reflejaron ataques a edificios estatales y a las residencias de los principales dirigentes políticos durante todo el martes. El palacio presidencial, la residencia oficial del primer ministro y un edificio que alberga la oficina del primer ministro y varios ministerios fueron incendiados. Una densa columna de humo se alzaba desde la sede del primer ministro.

Previo a eso, la vivienda privada de Oli fue quemada, al igual que las del presidente, del ministro del Interior y de los Deuba. La casa del líder del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) también resultó envuelta en llamas.

Algunos manifestantes responsabilizaron al gobierno por el uso de la fuerza policial y exigieron la destitución del cada vez más impopular primer ministro. “Estamos aquí para protestar porque nuestros jóvenes y amigos están siendo asesinados. Exigimos justicia y la caída del régimen actual”, declaró Narayan Acharya, entre los manifestantes frente al muro destrozado del parlamento el martes. “KP Oli debe ser expulsado”.

Las concentraciones del lunes crecieron hasta alcanzar decenas de miles de personas en Katmandú, y la multitud rodeó el edificio del Parlamento antes de que la policía disparara contra los manifestantes. “¡Alto a la prohibición de las redes sociales! ¡Alto a la corrupción, no a las redes sociales!”, coreaba la muchedumbre, ondeando banderas nacionales.

Además de los 19 fallecidos, decenas resultaron heridas.

Antes de renunciar, Oli aseguró que crearían una comisión investigadora que presentaría un informe sobre el tiroteo en 15 días. Añadió que se indemnizaría a las familias de los fallecidos y que los heridos recibirían tratamiento gratuito.

La violencia estalló mientras el gobierno de Nepal buscaba una regulación más estricta de las redes sociales mediante un proyecto de ley que pretende garantizar una gestión adecuada, responsable y rendición de cuentas de las plataformas. La iniciativa ha sido ampliamente criticada como una herramienta de censura para castigar a los opositores al gobierno que expresan sus protestas en línea.

El proyecto exigiría a las empresas designar una oficina de enlace o un punto de contacto en el país. Organizaciones de derechos humanos lo han calificado como un intento de limitar la libertad de expresión y los derechos fundamentales. El requisito de registro se aplicó a unas dos docenas de redes sociales de uso masivo en Nepal.

Ni Google, propietaria de YouTube, ni Meta, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, respondieron a las solicitudes de comentarios de The Associated Press. La plataforma X de Elon Musk tampoco emitió respuesta. TikTok, Viber y otras tres plataformas sí se han registrado y continúan operando sin interrupción.

En 2023, Nepal prohibió TikTok por perturbar la armonía social y la buena voluntad, así como por difundir contenido indecente. La prohibición se levantó el año pasado tras el compromiso de los ejecutivos de TikTok de cumplir con la legislación local, incluida la prohibición de sitios pornográficos aprobada en 2018.

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