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Mantener una humedad adecuada en la vivienda no solo representa comodidad, sino también salud y preservación. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., la humedad interior no debería superar el 50 %, mientras que diversos especialistas aconsejan mantenerla entre el 40 % y el 60 %.
Un entorno con humedad alta favorece la proliferación de bacterias, hongos y ácaros, lo que puede generar alergias y problemas respiratorios. Asimismo, el exceso de humedad deteriora la apariencia y la estructura del hogar, originando manchas, descamaciones, grietas y deterioro en muebles, sobre todo los de metal.
Los malos olores, el moho en paredes y rincones manchados son indicadores claros de presencia de humedad. Afortunadamente, existen técnicas simples para combatirla y recuperar un ambiente saludable.
El portal Mejor con Salud comparte cinco soluciones prácticas para eliminar la humedad
Ventilación cotidiana: abrir ventanas y permitir la circulación del aire resulta esencial. En áreas sin ventilación natural, pueden emplearse ventiladores o aire acondicionado con moderación.
Identificar la fuente: filtraciones ocultas, como tuberías rotas, suelen manifestarse en muros y techos. Es crucial localizar y reparar esas fugas con ayuda profesional para evitar daños mayores.
Uso de deshumidificadores: estos aparatos capturan la humedad del aire y son ideales en climas fríos o lluviosos. Se sugiere escoger un modelo acorde al tamaño del espacio.
Aplicación de sal gruesa: colocar sal en recipientes planos cerca de zonas húmedas ayuda a absorber el exceso de humedad. Como alternativa, puede emplearse arroz crudo.
Bicarbonato de sodio: este remedio casero combate la humedad, los olores y las manchas, además de poseer propiedades desinfectantes. Se aplica directamente sobre las áreas afectadas.
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