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En 1824, un grupo de afrodescendientes libres procedentes de los Estados Unidos desembarcó en la península de Samaná, generando una comunidad singular en el Caribe que aún conserva sus raíces culturales, religiosas y lingüísticas. Esta migración histórica se motivó por la búsqueda de libertad tras la abolición de la esclavitud y fue fomentada por el entonces presidente haitiano Jean Pierre Boyer, quien deseaba poblar la isla con personas negras libres.
La periodista Millizen Uribe, anfitriona del programa Migrantes, viajó a Samaná para registrar la historia de los descendientes de esos migrantes. En el programa, el sociólogo Carlos Andújar señaló:
“Llegaron de los EE. UU. dejando atrás las ataduras, impulsados por un anhelo de autonomía. Trajeron su fe, sus creencias, y se asentaron en lo que hoy es la bahía de Samaná”, afirmó en el espacio que se transmite los sábados a las 9:00 p.m. por Telesistema Canal 11.
La llegada se facilitó a través de convenios con líderes religiosos como Richard Allen, fundador de la Iglesia Metodista Africana Episcopal, quienes ofrecieron tierras y ciudadanía a los recién llegados.
“Era un tipo de contrato que decía: te entregaremos tierras, te concederemos la nacionalidad y serás libre en una tierra gobernada por negros”, explicó Andújar.
Wilfredo Benjamin Kelly, descendiente de los pioneros, comentó: “Fue una decisión del gobernante de la isla en ese momento, Jean Pierre Boyer, que deseaba hacer crecer la isla con más inmigrantes”.
Apellidos como Kelly, Bow, Vanander Horse y Smith se convirtieron en pilares de la identidad local.
“En ese grupo llegó mi familia, los Kelly. Junto a mi padre vino Peter Vanander Horse… por parte de mi madre, Bow y Kelly”, compartió Kelly.
La comunidad preservó su idioma, una mezcla de inglés criollo y lenguas africanas, y sus tradiciones religiosas durante generaciones, incluso frente a las políticas de “españolización” impuestas por el régimen de Rafael Trujillo.
“Este inglés se mantuvo hasta 1931, cuando el presidente Trujillo intentó españolizar la ciudad”, recordó Kelly.
Hoy, los descendientes siguen luchando por conservar su legado cultural.
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