Tecnologia

Sara García y la reserva de astronautas practican la supervivencia en aguas abiertas trabajando en equipo – EFE

8872437426.png
Conectar entre nosotros también resulta muy importante”, subrayó García (León, 1989).

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Rostock (Alemania) (EFE).- La astronauta en reserva Sara García Alonso, la primera mujer española elegida por la Agencia Espacial Europea (ESA), llevó a cabo este sábado, junto a sus compañeros, en Rostock, al norte de Alemania, una sesión de supervivencia en aguas abiertas que puso a prueba, entre otras capacidades, su habilidad para el trabajo colectivo.

“Creo que para un grupo tan grande –éramos nueve al final– y siendo la primera vez que lo hacemos todos juntos, no ha ido nada mal”, comentó García, satisfecha, en declaraciones a EFE tras regresar del entrenamiento, que duró unas tres horas bajo un sol radiante y una temperatura ambiente de 27 °C.

Otro de los objetivos de este tipo de ejercicios que realizan los astronautas en reserva, más allá de adquirir competencias básicas para actuar correctamente ante una emergencia en aguas abiertas, es “generar ese lazo, esa cooperación”.

“Conectar entre nosotros también resulta muy importante”, subrayó García (León, 1989).

En la fase inicial del entrenamiento, los astronautas en reserva practicaron la técnica de descenso en rápel con una cuerda de seguridad, simulando la evacuación de una plataforma marítima, por ejemplo, en caso de incendio a bordo de un buque.

La segunda etapa consistió en montar una lancha de rescate, asignar funciones dentro de la embarcación, ensayar los desplazamientos cuando una persona o uno mismo se encuentra en el agua con el traje de seguridad y cómo señalizar, por ejemplo, para mover al grupo de forma coordinada, explicó.

“Estoy bien, ¿eh? No ha sido tan intenso. Ha resultado muy interesante, porque aprendimos maniobras que desconocía, como montar una lancha de rescate, hacer señales de humo para que un helicóptero nos localice, o rescatar a un compañero que haya caído al agua. Es bastante didáctico y atractivo”, resumió la experiencia.

Los trajes “no son lo más cómodos del planeta”, reconoce, pero “te mantienen más o menos seco, cálido y con vida, y eso es lo esencial”.

“El objetivo de estos entrenamientos es que, cuando el astronauta regrese de una misión espacial y realice la reentrada a la Tierra, la cápsula pueda aterrizar o amerizar en cualquier sitio y se necesite sobrevivir hasta que los equipos de rescate lleguen”, indicó.

Las actividades realizadas en el puerto de Rostock, en las instalaciones de la Industrial Safety Company (ISC) en Unterwarnow, la desembocadura del río Warnow en el mar Báltico, forman parte de la segunda fase del programa de entrenamiento, que se inició con prácticas de vuelos parabólicos en Burdeos, “una experiencia única” y “muy útil” al constituir “un primer contacto con lo que será la microgravedad”, el entorno en que se operará durante una misión espacial.

Los doce astronautas en reserva, entre los que se encuentra García, continúan con sus empleos habituales, de modo que, a diferencia de los cinco astronautas de carrera, entre los que está el español Pablo Álvarez, que recibieron la formación básica a lo largo de un año completo, a ellos se les imparte de forma fragmentada en tres bloques de unas siete semanas, para compatibilizarla con sus respectivas vidas profesionales.

El primer bloque de dos meses se desarrolló entre octubre y diciembre del año pasado, el segundo concluirá a finales de octubre próximo y el último se llevará a cabo el próximo año, tras los cuales habrán completado la mayor parte de la capacitación básica que reciben todos los astronautas.

Esta preparación dota a la reserva de astronautas de las competencias necesarias para apoyar la futura exploración espacial y la investigación científica de Europa, según la ESA.

El entrenamiento incluye destrezas técnicas y operativas básicas, sistemas de naves espaciales, así como ejercicios de supervivencia en condiciones de agua y clima invernal, que preparan a los astronautas para situaciones de emergencia, además de entrenamiento inicial de caminata espacial.

García, licenciada en Biotecnología y con un máster en Investigación Biomédica y Biológica por la Universidad de León, y doctora en Biología Molecular del Cáncer e Investigación Traslacional por la Universidad de Salamanca, fue seleccionada en 2022 junto a otros once compañeros dentro de una reserva de 22 500 candidatos, de los que también surgieron los cinco nuevos astronautas de la ESA, entre ellos Pablo Álvarez, que se graduaron en abril del año pasado tras completar su formación básica de un año.

TRA Digital

GRATIS
VER