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La diferencia esencial entre el té negro y el té verde radica en su método de producción
La discusión acerca de cuál de estas dos variantes, el negro o el verde, resulta más adecuada para personas que buscan adelgazar y mejorar su estado físico sigue siendo un tema caliente, sobre todo a medida que los estilos de vida saludables se afianzan.
Apoyados por investigaciones científicas recientes, ambos tipos de té poseen beneficios demostrados, aunque persiste la incertidumbre sobre cuál brinda mayores ventajas en la quema de grasas y otros aspectos de la salud.
El té es una de las bebidas más consumidas a nivel global, con gran popularidad en países como el Reino Unido, diversas regiones de Asia y una presencia creciente en España. Gracias a la mayor oferta de té negro y té verde en los supermercados, los usuarios deben decidir cuál les aporta más ventajas para la salud y el control del peso.
Desde el punto de vista nutricional, ambos tés se caracterizan por estar prácticamente exentos de calorías, azúcares, lípidos y proteínas cuando se preparan en su forma natural. No obstante, su composición nutricional difiere ligeramente. Según la Mayo Clinic, una taza (237 ml) de té negro contiene 48 mg de cafeína, mientras que una taza de té verde aporta 29 mg. A modo comparativo, una taza de café contiene unas 96 mg de cafeína.
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La diferencia clave entre el té negro y el té verde está en su proceso de elaboración. Las hojas del té negro se someten a oxidación, lo que intensifica su sabor, color y la concentración de ciertos compuestos; por el contrario, el té verde se produce sin oxidar las hojas, conservando mayormente sus propiedades originarias.
Ambos infusos son ricos en polifenoles y antioxidantes, componentes que colaboran a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas. Según estudios de Harvard y la Cleveland Clinic, los dos tés favorecen la salud cardiovascular, aunque el verde se asocia con mayor protección frente a algunos tipos de cáncer, una mejora del metabolismo y un contenido de cafeína más bajo.
El té negro ha sido objeto de numerosos trabajos que resaltan su efecto positivo en la salud del corazón.
Investigaciones publicadas en *Frontiers in Nutrition* sugieren que consumir entre una y cuatro tazas al día puede ayudar a prevenir enfermedades coronarias, gracias a las teaflavinas, antioxidantes exclusivos del té negro que se forman durante la oxidación.
Además, los flavonoides del té negro pueden contribuir a regular la presión arterial y a potenciar la función cognitiva. No obstante, también presenta algunas desventajas.
Su mayor nivel de cafeína puede resultar problemático para personas sensibles, y su consumo exagerado puede producir manchas en los dientes. Asimismo, el té negro puede interferir con la absorción del hierro de origen vegetal, aunque este efecto se atenúa si se espera al menos una hora entre el té y las comidas.
El té verde también ha sido ampliamente investigado por sus efectos favorables en la salud. Un meta‑análisis publicado en *Frontiers in Nutrition* indica que el té verde se vincula con un riesgo reducido de enfermedades coronarias.
Una revisión en el *British Journal of Nutrition* respalda su papel en la pérdida de peso, beneficio atribuido a un antioxidante llamado EGCG, que favorece la transformación de la grasa blanca (menos activa) en grasa parda, más metabólicamente activa.
Las catequinas del té verde no solo favorecen la quema de grasa, sino que también influyen en la proliferación y supervivencia celular. Además, la L‑teanina, otro componente del té verde, puede mejorar la concentración y el estado de ánimo, generando una alerta serena que potencia el rendimiento cognitivo.
Ambos tés son opciones saludables que pueden integrarse en una dieta equilibrada. Aunque la diferencia en su efecto sobre la pérdida de peso es mínima, cada uno aporta beneficios únicos. Los antioxidantes y polifenoles presentes en el té negro y el té verde —teaflavinas y EGCG, respectivamente— favorecen un entorno antiinflamatorio beneficioso para el bienestar general.
La clave no consiste en elegir un té sobre el otro, sino en disfrutar de los dos con moderación dentro de un estilo de vida variado y saludable. Como recuerdan expertos de Harvard y la Cleveland Clinic, la variedad, la moderación y los buenos hábitos son imprescindibles para aprovechar al máximo las propiedades de estas infusiones.
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