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Nacido en Madrid en 1998, se licenció en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la UC3M. Inició su carrera en Diario AS como becario de Actualidad en 2020 y, además, ha colaborado en las secciones de Directos y Más Deporte, llegando a cubrir alguna competición de ajedrez. Desde agosto de 2022 escribe para Tikitakas.
Cada vez más, el algoritmo de Instagram premia al contenido de creadores que visitan restaurantes para mostrar los platos que allí se preparan. Cuentas como Cocituber, Cenando con Pablo, Claris.Persan o Comilones Madrid ganan notoriedad, y los locales que aparecen en sus videos se benefician de un notable aumento de clientela.
El auge de estos videos ha obligado a los propios establecimientos a ponerse la “pilas”. No basta con ofrecer una buena experiencia gastronómica; también hay que promocionarla en redes sociales. Un claro ejemplo es el Asador El Bierzo, que realizó una espectacular performance para enseñar cómo elabora uno de los mejores boquerones de España.
No lo digo yo, lo confirman las reseñas de Google, que se llenan de elogios para un plato que, al observar su preparación, podría resultar poco apetitoso y de mal gusto. Pero como bien dicen muchos, las apariencias engañan. “Son un espectáculo”, afirman los que ya lo han probado.
“En manos de Víctor, los boquerones trascienden lo ordinario para convertirse en auténticas joyas gastronómicas”, explican desde la cuenta de Instagram del restaurante, acompañando la publicación con más de 40 000 ‘me gusta’. Todo comienza con boquerones crudos cubiertos generosamente con perejil (para que el resto de los ingredientes no toquen el pescado), ajo, abundante aceite, vinagre y sal por doquier.
Durante la demostración, el camarero bromea con un plato “incomible” y lanza los ingredientes como si los arrojara al plato. “Eso ya está para tirar”, comenta al terminar la mezcla. El video quedó así, pero pronto subieron una segunda parte donde se muestra que todo está bajo control y que, simplemente, esa es la receta.
Después de dejar marinar unos minutos, el camarero moja rebanadas de pan en la mezcla y, sobre ellas, coloca los boquerones que rescata del fondo del plato. Antes de servir, les da un toque de vinagre balsámico con spray. “Un auténtico maestro. Da gusto ir a comer”, relata un cliente.
Los ingredientes sobrantes no se desechan, pues se siguen procesos de reutilización. “Los colamos: el ajo y el perejil los reservamos para picar, el aceite y el vinagre, si los dejamos reposar, el aceite sube a la superficie y lo usamos para freír, el vinagre lo guardamos para maceraciones. Aquí no tiramos nada”, concluye el camarero, mostrando un arte al alcance de muy pocos.
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