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La experta afirmó que el joven deportista enfrenta no solo un proceso legal y la ruina de su trayectoria, sino también un intenso duelo interno y ético.
Según Báez, la situación de Franco proviene de varias tensiones: la pérdida de una carrera prometedora, el golpe financiero, la desaprobación social y la vigilancia permanente de los medios.
Wander Franco irrumpió en los titulares en noviembre de 2021, al firmar, con apenas 20 años, un contrato histórico de 11 años valorado en 182 millones de dólares con los Tampa Bay Rays.
Se le veía como una de las próximas luminarias de las Grandes Ligas.
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No obstante, en agosto de 2023 su progreso se estancó. Las autoridades de República Dominicana abrieron una investigación contra él por supuestos vínculos con una menor. Desde entonces, su vida se vio envuelta en polémicas.
Ese mismo año, en noviembre, volvió a ser detenido tras un enfrentamiento por la atención de una mujer y fue acusado de poseer ilegalmente una pistola Glock 19 a nombre de su tío. El proceso judicial sigue sin resolverse.
En junio de 2024, el Tribunal Colegiado de Puerto Plata sentenció a Franco a dos años de cárcel, con la pena suspendida bajo condiciones especiales, después de declararlo culpable de abuso sexual contra una menor de 15 años.
En esa misma sentencia, la madre de la menor, Martha Vanessa Chevalier, fue condenada a diez años de prisión por explotación sexual y lavado de dinero.
Los magistrados Jakayra Veras, Venecia Rojas y José Juan Jiménez declararon acreditada la responsabilidad penal de ambos acusados después de analizar más de 160 pruebas documentales y testimoniales aportadas por el Ministerio Público.
Esta semana se supo que Franco ingresó a un centro privado luego de atravesar una crisis de salud mental. El coronel Diego Pesqueira, porta voz de la Policía Nacional, aclaró que la petición de internamiento la hizo su familia y que el trámite no guarda relación con ningún asunto judicial.
El deportista recibió apoyo profesional en un momento que las autoridades describieron como “de alta sensibilidad”.
La psiquiatra afirma que los atletas de élite, sobre todo los que vienen de entornos modestos, no siempre están capacitados para gestionar la fama, los lucrativos contratos y la presión de los medios.
“Este joven anheló llegar a las Grandes Ligas y lo consiguió. Sin embargo, un error provocó su colapso. Además, el hostigamiento de los medios y la presión social añaden una carga adicional. Eso se conoce como muerte moral y genera problemas psicológicos”, indicó.
Según la experta, Franco podría manifestar síntomas como insomnio, ansiedad, descoordinación en el habla o pensamientos acelerados.
“Todo ello es posible, pero con un tratamiento adecuado también es factible recuperarse”, señaló.
Báez caracteriza la situación del jugador como un proceso de duelo en tres dimensiones:
“Me asombró que demorara tanto en presentar un trastorno mental, pues una pérdida de tal envergadura suele dejar secuelas de inmediato”, agregó.
La experta hizo un llamado a los medios y a la sociedad a tratar el caso con más sensibilidad.
“No falló como jugador, falló como ser humano, como ocurre con muchos. Pero eso no implica que pierda el don que Dios le concedió. Lo que corresponde ahora es respaldarlo para que pueda superar la situación”, manifestó.
Báez también solicitó oraciones por la sanación del deportista y recordó que “cualquier figura pública bajo una presión social semejante requiere apoyo psicológico”.
En el plano deportivo, Franco tendría que reconquistar la confianza de Tampa Bay y tramitar una nueva visa estadounidense para regresar a la MLB.
Su caso demuestra que, más allá de los escándalos y penalizaciones, hay un costo humano: la vulnerabilidad mental de quienes, al llegar a la cima, se encuentran con la caída pública y el aislamiento social.
“La recomendación es inequívoca: los deportistas, sean famosos o no, deben disponer siempre de asesoría en salud mental, pues la fama conlleva un nivel de estrés que, si no se controla, puede poner en riesgo la vida”, afirmó Báez.
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