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El jugador atraviesa un complejo proceso de salud mental a causa de sus problemas fuera del campo.
Desde muy pequeño, el talento de Wander Franco para el béisbol relucía con una intensidad que pocos podían imaginar.
A los 16 años, los cazatalentos ya lo catalogaban como el mejor prospecto internacional. En julio de 2017, los Tampa Bay Rays apostaron a lo grande y le ofrecieron un bono de US $3.85 millones.
Franco dominó en las ligas menores durante 2018 y 2019, mostrando un dominio del bate y una visión de juego más allá de su edad, al punto que las Grandes Ligas lo situaron como el número uno entre todos los prospectos en 2020 y 2021.
El 22 de junio de 2021, con apenas 20 años, Wander Franco debutó en las Grandes Ligas. En su primer partido, conectó un jonrón, impulsó tres carreras y se convirtió en la figura que todos esperaban.
Ese mismo año batió un récord: 43 juegos consecutivos con hit, una hazaña histórica para un jugador menor de 21 años.
En noviembre de 2021, los Rays reafirmaron su confianza: un contrato de 11 años y US $182 millones, uno de los acuerdos más onerosos jamás firmados por un jugador con tan poca experiencia.
En 2023, con solo 22 años, Franco fue elegido para el Juego de Estrellas. Era la cara del futuro, un shortstop completo, inteligente y carismático. Parecía tenerlo todo: juventud, talento, dinero y fama.
Sin embargo, bajo el brillo, surgían señales de presión, inmadurez y decisiones controvertidas.
En agosto de 2023 todo cambió: Franco fue acusado de mantener una relación con una menor de edad y la MLB lo puso de inmediato bajo licencia administrativa.
A partir de ese momento, su carrera se detuvo bruscamente.
En enero de 2024 fue detenido, aunque quedó en libertad bajo fianza. El proceso se fue aplazando, la información emergía lentamente, pero cada nuevo informe empañaba su imagen. En 2025, durante el juicio en Puerto Plata, se revelaron hechos perturbadores: pagos a la menor, manipulación y un patrón de conducta que encendió alarmas éticas y legales.
El 26 de junio de 2025 fue hallado culpable de abuso sexual a menor, pero recibió una sentencia suspendida. Evitó la cárcel, pero no las consecuencias. Su visa para entrar a Estados Unidos quedó en riesgo, su carrera en la MLB paralizada y su reputación destrozada.
En septiembre de 2025 fue internado en una clínica psiquiátrica en Baní. Su familia solicitó ayuda. En redes, Franco había denunciado robos, amenazas y desconfianza. Las señales de inestabilidad mental eran evidentes. Ya no era el chico risueño que deslumbraba con su guante; era un joven desorientado, perdido entre la fama, el escándalo y sus errores.
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