Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Las evidencias de que incluso sin golpear directamente el territorio nacional, con solo asomarse, la tormenta Melissa es capaz de generar lluvias con potencialidad catastrófica, deben ser tomadas como un llamado a la sociedad para que actúe con extremas precauciones y sensatez, y para asumir que se está en presencia de una agresión atmosférica mayor que ya ha comenzado, que tiene paralizadas múltiples actividades, inunda áreas importantes, daña infraestructuras y pone en riesgo la vida; un fenómeno con presagios de duración imprevisible y que se espera se intensifique en el corto plazo. Esto asombra y alarma a los científicos, quienes ante los perfiles de este acontecimiento, lo perciben como un comportamiento dramáticamente fuera de lo común. Aproximadamente 24 horas antes de su posición actual en el mar Caribe, la intensa tempestad ya había causado sus primeros estragos, afectando principalmente los servicios básicos en la región Sur.
Puede leer: La aproximación del cólera a la Rep. Dom.
Dejando ya a medio millón de habitantes sin agua potable, daños significativos en carreteras interurbanas y deslizamientos de tierra que perdieron consistencia debido a un grado extremo de humedad por precipitaciones que resultan más intensas que las pronosticadas.
La ciudadanía dominicana se encuentra en este momento enfáticamente exhortada a seguir disciplinadamente las recomendaciones que, para preservarla de daños personales y materiales, emanan de los organismos competentes, convocados para ejercer autoridad con directrices para sortear con éxito esta fase de inclemencias que sitúan a la geografía nacional en el umbral de posibles perjuicios humanos y económicos.
Es crucial adelantarse a lo peor con racionalidad para evitar permanecer en hábitats ubicados sobre terrenos vulnerables a la acumulación de agua, a las crecidas de ríos y arroyos o en bordes de hondonadas que pierden consistencia rápidamente a causa de lluvias descomunales. Las recomendaciones de permanecer en el hogar si no presenta riesgos, están dirigidas, principalmente, a las personas con conducta temeraria.
Aquellas que llegan al extremo de tomar las emergencias para el desorden y la fiesta en plena calle y que se sienten burdamente invitadas por las contingencias a tirar la casa por la ventana con borracheras y escándalos.
El país ha sido conducido de manera previsora y organizada por el Gobierno hacia los preparativos que demandan las circunstancias y de los que, si se manejan bien, depende la minimización de consecuencias negativas para la sociedad ante una desastrosa manifestación de las fuerzas de la naturaleza.
De la buena voluntad, el civismo y la capacidad ciudadana de asociarse para actuaciones conjuntas en pro del bien colectivo, dependerá en gran medida que la serie de aguaceros fenomenales y las turbulencias despiadadas de la tal Melissa resulten con el menor perjuicio posible. Esto es serio, grave y ominoso y como tal habrá que afrontarlo.















Agregar Comentario