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Carnicería en Río: Operativo policial resulta en 119 fallecidos y provoca alzamientos en las favelas

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Fueron recibidos con disparos y otras reacciones de los miembros de la banda, provocando escenas de desorden en la urbe el martes.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Felipe Curi, secretario de Seguridad Pública del estado de Río, comunicó en una rueda de prensa que se hallaron más cadáveres en una zona boscosa, donde, según él, los individuos vestían uniformes de camuflaje mientras se enfrentaban a las fuerzas de seguridad.

Indicó que vecinos de la zona habían retirado vestimenta y pertrechos de los cuerpos, hecho que sería investigado como alteración de pruebas.

“Estos sujetos estaban en el monte, provistos de ropa de camuflaje, chalecos y pistolas. Ahora muchos de ellos aparecen en ropa interior o shorts, sin equipo, como si hubieran atravesado un portal y cambiado de atuendo”, señaló Curi.

El miércoles al amanecer, en el distrito de Penha, residentes rodearon varios de los cuerpos —recogidos en camiones y expuestos en la plaza principal— y gritaron “masacre” y “justicia” antes de que los peritos forenses llegaran para hacerse cargo de los restos.

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Policías y militares lanzaron el operativo con helicópteros, vehículos blindados y a pie, enfocándose en la facción Comando Vermelho. Fueron recibidos con disparos y otras reacciones de los miembros de la banda, provocando escenas de desorden en la urbe el martes. Las escuelas en las áreas afectadas cerraron, una universidad cercana suspendió clases y las vías de acceso fueron bloqueadas con autobuses actuando como fortificaciones improvisadas.

El miércoles por la mañana, el activista vecinal Raull Santiago afirmó ser parte de un equipo en Penha que localizó cerca de 15 cuerpos antes del alba.

“Observamos personas ejecutadas: balazos en la espalda, disparos en la cabeza, heridas cortopunzantes, individuos amarrados. Tal grado de barbarie, el odio desatado, no tiene otra definición más que masacre”, sentenció Santiago.

El gobernador Claudio Castro aseveró el martes que Río de Janeiro estaba en guerra contra el “narcoterrorismo”, una expresión que recuerda la terminología usada por el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump en su actual campaña de hostigamiento a naves en aguas próximas a Sudamérica.

El ejecutivo estatal de Río manifestó que los delincuentes fallecidos habían opuesto resistencia al operativo policial.

Río de Janeiro ha experimentado incursiones policiales con alta letalidad por décadas. En marzo de 2005, aproximadamente 29 decesos ocurrieron en la región de Baixada Fluminense, mientras que en mayo de 2021, 28 perdieron la vida en la favela de Jacarezinho.

Sin embargo, la magnitud y el número de víctimas de la incursión del martes no tienen paralelos. Organizaciones no gubernamentales y el organismo de DD.HH. de la ONU manifestaron prontamente inquietudes sobre la elevada cifra de muertos reportados y solicitaron indagatorias.

Los fines declarados de la acción eran neutralizar a los líderes y frenar la expansión territorial de la agrupación criminal Comando Vermelho, que ha incrementado su dominio sobre las favelas en años recientes.

Presuntamente, integrantes de la banda agredieron a los agentes con al menos un dron. El gobierno regional de Río de Janeiro compartió un video en X que parecía mostrar un dron lanzando un proyectil desde el aire.

El gobernador Castro, del partido conservador opositor Partido Liberal, declaró el martes que Río estaba “solo en esta contienda”. Indicó que el poder ejecutivo federal debería brindar mayor apoyo para combatir la delincuencia, criticando así la gestión del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

El Ministerio de Justicia, no obstante, subrayó que había atendido las peticiones del gobierno carioca para desplegar fuerzas federales en el estado, prorrogando su presencia en 11 ocasiones.

Gleisi Hoffmann, interlocutora del Gabinete de Lula ante el Congreso, coincidió en la necesidad de una estrategia más coordinada, pero citó una reciente ofensiva contra el lavado de activos como ejemplo de actuación del gobierno central contra el crimen organizado.

El jefe de gabinete de Lula, Rui Costa, requirió una reunión de urgencia el miércoles con las autoridades de Río y el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.

Los grupos criminales han extendido su influencia por Brasil en los últimos años, llegando incluso a la selva amazónica.

Filipe dos Anjos, secretario general de la asociación por los derechos de las favelas FAFERJ, señaló que este tipo de intervenciones policiales no solucionan el problema dado que a quienes abaten son fácilmente sustituibles.

“En un lapso de 30 días, el crimen organizado ya estará reestructurado en la zona, realizando sus habituales actividades: venta de estupefacientes, sustracción de mercancías, cobro de extorsiones y cuotas”, expresó.

“En lo que respecta a logros tangibles para los ciudadanos, para la sociedad, este tipo de operativo consigue casi nada”, concluyó.

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