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La eyaculación es un proceso complejo que requiere la interacción entre el sistema nervioso, los músculos del piso pélvico, la próstata, las vesículas seminales y la uretra. Cuando este mecanismo se altera, pueden presentarse la eyaculación retrógrada —en la que el semen, en lugar de salir al exterior, se dirige a la vejiga— o la ausencia de eyaculación, conocida también como aneyaculación. Ambas alteraciones tienen consecuencias importantes tanto para la fertilidad como para la calidad de la vida sexual del hombre.
**Eyaculación retrógrada**
El problema central radica en la falta de cierre del cuello vesical durante la expulsión del semen. Normalmente, el esfínter interno de la vejiga se contrae para impedir que el semen ingresé en la vejiga y asegurar su salida al exterior. Si este mecanismo falla, el fluido seminal se desvía a la vejiga y luego se elimina con la orina.
Causas más frecuentes
– Cirugías urológicas previas (resección transuretral de próstata – RTU‑P, intervención en cuello vesical o en la vejiga, enucleación prostática con láser).
– Diabetes mellitus con daño a los nervios autonómicos.
– Fármacos como la tamsulosina.
– Antidepresivos y antipsicóticos en ciertos casos.
– Radioterapia dirigida a la pelvis, entre otras causas.
**Ausencia de eyaculación (aneyaculación)**
Se trata de la incapacidad de expulsar semen durante el orgasmo. Puede ser total (el paciente nunca ha eyaculado) o adquirida (aparece después de haber tenido una función normal).
Causas principales
– Trastornos neurológicos, lesiones medulares, neuropatías diabéticas.
– Cirugía radical de próstata, vejiga o colon que dañe los nervios pélvicos.
– Factores psicológicos: ansiedad de rendimiento, conflictos de pareja, estrés intenso o depresión.
– Medicamentos y sustancias: antidepresivos, drogas recreativas, abuso de sustancias.
– Alteraciones hormonales, como hipogonadismo (niveles bajos de testosterona).
– Causas de origen desconocido; en algunos hombres no se identifica una etiología clara, lo que complica el abordaje terapéutico.
**Impacto y diagnóstico**
Ni la eyaculación retrógrada ni la aneyaculación suelen comprometer la salud general, pero sí afectan de manera significativa la fertilidad y la satisfacción sexual.
Tratamiento
El manejo depende de la causa subyacente:
– **Eyaculación retrógrada**: se pueden emplear fármacos que incrementen el tono del cuello vesical.
– **Aneyaculación por neuropatía**: puede tratarse mediante estimulación vibratoria del pene.
– **Causas psicológicas**: se abordan con terapia sexual y apoyo psicológico.
Conclusión
La eyaculación retrógrada y la ausencia de eyaculación son condiciones poco discutidas, pero de gran relevancia para la salud sexual masculina. Sus orígenes van desde intervenciones quirúrgicas y alteraciones neurológicas hasta factores psicológicos y efectos de medicamentos. Un diagnóstico preciso permite identificar la causa subyacente y ofrecer opciones terapéuticas que mejoran tanto la función sexual como la fertilidad.
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