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Comiendo en SD un arroz meloso con langosta y sepia, ¡delicioso!

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Hablamos de Casa Luca, localizado en el Ensanche Piantini.

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En Casa Luca, entre las opciones de carnes, destaca un excelente Parmesan Pepper Steak.

Se trata de uno de esos restaurantes de Santo Domingo de los cuales había recibido inmejorables referencias, aunque jamás había tenido la oportunidad de visitarlo. Hablamos de Casa Luca, localizado en el Ensanche Piantini.

Mi hijo mayor, Ángel, me invitó a conocerlo. El establecimiento dispone de estacionamiento techado. Subimos en ascensor. Nos condujo hasta el vestíbulo del hotel Hyatt, si bien el restaurante no se encuentra dentro del hotel, sino justo al lado. Al entrar, un hermoso mural en la pared sirve de fondo o telón para el área del bar.

Después de que el camarero nos 안내ó a una mesa y nos acomodamos, procedió a entregarnos la carta. Eché un rápido vistazo. Mi apetito estaba al máximo, y enseguida mis ojos se fijaron en lo que deseaba: Arroz Meloso con Langosta y Sepia. No soy particularmente fanático del arroz, pero cuando lo ofrecen en versión melosa en un restaurante, la situación es completamente distinta. Me decidí por ese plato.

Ángel, por su parte, buscaba una buena carne y solicitó una sugerencia al mesero. Este le recomendó el Parmesan Pepper Steak NY Striploin. Hice una breve interrupción para preguntar si el árbol que se alzaba en el centro del salón era verdadero, ya que incluso nos parecía distinguir algunas hojas secas desde nuestra posición. “No. Es artificial”, respondió. Su presencia, no obstante, confería una atmósfera relajante. Retomando la carta, acordamos no pedir entrantes. Sin embargo, nos obsequiaron, como cortesía, un delicioso consomé.

Me picó la curiosidad por el origen del sabor, que no era solo de la carne. “¿Con qué lo cocinan?”, pregunté. El empleado respondió de forma concisa: “Con vegetales”. Insistí: “¿Pero, cuáles específicamente?”. Finalmente, detalló: “Cilantro, cebolla, apio…”.

Realmente, este consomé estaba tan exquisito que, como se dice popularmente, tiene la capacidad de revivir a cualquiera. Para acompañar la excelente carne, que Ángel pidió con papas fritas, ordenó una copa de Emilio Moro. (De haber optado por descorchar una botella, habría acudido el sommelier, Abel Hernández, a quien tuvimos el placer de conocer al finalizar nuestro almuerzo). La carne estaba cocinada a la perfección. Y en cuanto al sabor, era inmejorable.

Respecto al arroz meloso, cumplió mis expectativas. Muy buen punto de sazón y una textura igualmente buena. Aunque, como es comprensible, predominaba la sepia, un molusco cuya carne, para mi gusto, resultaba algo firme. En cuanto a la langosta, había varios trozos. Los disfruté. De postre, en el menú leí Tarta Vasca con Ganache de pistacho tostado, si bien la que me sirvieron llevaba, sobre todo, bastantes almendras. La había pedido pensando que se trataba de Tarta de Queso Vasca. “No me sabe a queso”, comenté tras el primer bocado. Ángel la probó. “No, efectivamente, no lleva queso”.

Para entender mi error, busqué rápidamente en internet Tarta Vasca. Si es de queso, suele indicarse. Si no es el caso, en España, según la información y las imágenes en la web, la tarta que me trajeron es conocida como Pastel Vasco. Sea tarta o sea pastel, la versión de Casa Luca es un postre sumamente apetecible.

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