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El cantante puertorriqueño Ramón L. Ayala‑Rodríguez, universalmente reconocido como Daddy Yankee, ha interpuesto una demanda ante el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Puerto Rico contra su anterior cónyuge, Mireddys González‑Castellanos, con el objetivo de obtener una sentencia declaratoria que reconozca sus derechos exclusivos sobre los signos registrados “Daddy Yankee” y “DY”.
En una petición de 18 páginas, Ayala‑Rodríguez y su compañía, El Cartel Records Inc., sostienen que González no ostenta ningún derecho de propiedad sobre dichos registros. Alegan que sus recientes maniobras —incluyendo amenazas de litigio y presentaciones ante la Oficina de Patentes y Marcas de EE. UU.— han generado un efecto disuasorio que le impide continuar empleando el nombre artístico.
Según la denuncia, González‑Castellanos, a través de su abogado, remitió una carta de cese y desistimiento el 24 de julio, reclamando la titularidad de las marcas y exigiendo a Ayala‑Rodríguez que dejara de utilizarlas. La misiva también advertía que, de no cumplirse antes del plazo establecido, “nuestra clienta no tendrá otra opción que iniciar acciones legales adicionales para proteger sus derechos”.
Ayala‑Rodríguez afirma que comenzó a usar “Daddy Yankee” a principios de los años noventa, antes de la creación de El Cartel Records, que más tarde gestionó los registros a su nombre. La empresa se disolvió en abril y todos los derechos que poseía fueron reasignados a él. “Ayala es la única persona física que ha empleado de forma continua los signos ‘Daddy Yankee’ y ‘DY’ en el comercio a lo largo de su carrera artística”, asegura la demanda.
La solicitud al juzgado pide que se reconozca que Ayala‑Rodríguez es titular legítimo de las marcas y que pueda utilizarlas, y que se dicten medidas cautelares, tanto preliminares como definitivas, que impidan cualquier interferencia por parte de González‑Castellanos. Se argumenta que impedirle actuar o promocionarse bajo los nombres “Daddy Yankee” y “DY” provocaría un daño irreparable a su carrera, reputación y prestigio.
“Ayala nunca imaginó que tendría que acudir a la vía judicial para garantizar, a título personal, la libertad de usar su nombre artístico para cualquier fin legal”, declara la demanda.
Al momento de cerrar esta edición, González‑Castellanos no había presentado respuesta en los documentos judiciales. Este proceso constituye el último episodio de una serie de disputas legales entre los exesposos.
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