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Cádiz (1973) Redactor y editor con foco en tecnología. Desde 2017 colabora de manera profesional con medios de difusión y blogs en español.
Estonia se ha consolidado como una nación pionera en digitalización y gobierno electrónico, y uno de sus programas estrella es e‑Residency. Lanzado en 2014, este esquema de residencia digital permite a cualquier individuo del planeta obtener una identidad electrónica estonia para acceder a los servicios públicos y crear una empresa de forma 100 % online. Proporciona un documento de identidad digital y una firma electrónica avalados por el Estado, ofreciendo a los emprendedores una vía sencilla para operar dentro del marco de la Unión Europea sin necesidad de estar físicamente en el país.
La e‑Residency constituye un estatus oficial de identidad digital emitido por el gobierno de Estonia a personas extranjeras. No se trata de una residencia física, visa o ciudadanía, sino de una identidad virtual que brinda acceso a servicios públicos y privados del país. El programa nació para garantizar un acceso seguro a los servicios electrónicos de Estonia y para simplificar la creación de negocios transfronterizos.
Todo el procedimiento se realiza de manera digital y comienza en la página oficial del programa. Hay que rellenar una solicitud, adjuntar una copia del pasaporte y una fotografía, y explicar la razón del interés. Tras una comprobación de antecedentes, la aprobación suele llegar en pocas semanas. El kit de e‑Residency, que incluye la tarjeta digital y los códigos PIN, se recoge en una embajada o consulado de Estonia.
Una vez en posesión de la tarjeta, el usuario puede constituir una empresa en 15 minutos a través del portal e‑Business Registry, firmar contratos digitalmente, abrir cuentas bancarias online o presentar impuestos desde cualquier punto del mundo. La e‑Residency no otorga residencia fiscal ni derecho de entrada a Estonia ni a la UE, pero sí permite operar bajo la seguridad jurídica del marco europeo. Actualmente hay e‑residentes en 185 países.
Cualquier persona mayor de 18 años, con pasaporte válido y sin antecedentes penales, puede solicitar la e‑Residency. Está dirigida principalmente a emprendedores, autónomos, nómadas digitales y profesionales que buscan una base europea para su negocio. La tarifa de emisión ronda los 100 euros y no es necesario viajar a Estonia, salvo para recoger el kit.
El programa no confiere residencia fiscal automática, pero brinda flexibilidad. Un profesional español, por ejemplo, puede crear una empresa en Estonia sin dejar de tributar personalmente en España. El atractivo principal radica en la eficiencia, ausencia de burocracia, procesos simples y costes reducidos.
Más de 130 000 personas poseen el estatus de e‑residente y han fundado cerca de 38 000 compañías estonias. Una de cada cinco nuevas empresas del país ha sido creada por un e‑residente. Además, el 38 % de las startups activas mantiene algún vínculo con este programa.
España está entre los países más activos, con casi 4 000 empresas creadas a través de la e‑Residency y un número creciente de solicitudes cada año. Muchos emprendedores la eligen por la agilidad administrativa y las ventajas de operar dentro de la Unión Europea.
La e‑Residency ofrece una forma rápida y sencilla de constituir una empresa sin fronteras. Los trámites son digitales y se completan en minutos, sin intermediarios ni capital mínimo elevado. También permite firmar documentos con validez legal en toda la UE y acceder a servicios financieros y administrativos en línea.
Las compañías estonias disfrutan de un impuesto de sociedades del 0 % sobre beneficios reinvertidos y pueden obtener número de IVA intracomunitario, lo que facilita el comercio internacional. Todo el ecosistema digital está diseñado para reducir la burocracia y ofrecer una administración casi automática.
El programa también conecta a los usuarios con una comunidad global de emprendedores y proveedores de servicios, desde contables hasta asesores legales. Esto ha generado una red profesional dinámica y colaborativa, muy apreciada entre las startups tecnológicas.
El impacto económico para el país es considerable. Los ingresos directos generados por tasas, impuestos y servicios vinculados al programa alcanzan los 67 millones de euros al año, con una rentabilidad estimada de casi nueve veces lo invertido. Desde su creación, la e‑Residency ha aportado más de 240 millones de euros al presupuesto estatal.
De forma indirecta, el programa ha impulsado un ecosistema local de empresas dedicadas a dar soporte a los e‑residentes, desde consultorías hasta fintechs. Además, ha elevado la proyección internacional de Estonia, atrayendo talento e inversión, y reforzando su imagen como una nación innovadora y abierta al mundo digital.
El éxito de la e‑Residency se apoya en la infraestructura tecnológica de Estonia, uno de los países más digitalizados del planeta. Su red X‑Road conecta todas las bases de datos públicas y privadas del país, permitiendo que los organismos compartan información de forma segura. Gracias a ella, el 99 % de los trámites administrativos puede realizarse en línea.
Otros pilares son la identidad digital obligatoria, utilizada para firmar documentos o votar en elecciones, y la sanidad electrónica, donde el 99 % de las recetas médicas se emiten online. Estonia también fue el primer país del mundo en permitir el voto por internet en elecciones nacionales, un logro que demuestra la confianza ciudadana en su sistema digital.
El programa e‑Residency se ha convertido en un referente mundial sobre cómo un país puede ampliar su influencia más allá de sus fronteras a través de la tecnología. A medida que evoluciona, Estonia trabaja en nuevas formas de identificación remota y en la integración con las futuras identidades digitales europeas. El país báltico ha convertido el concepto de una nación sin fronteras físicas en una realidad, donde la ciudadanía digital ya existe. e‑Residency es el ejemplo más claro de cómo la tecnología puede redefinir lo que significa pertenecer a un país.
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