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No lavar el cabello con asiduidad puede provocar mal olor y agravar problemas del cuero cabelludo como la caspa, puesto que “permitir que el pelo se engrase en exceso puede facilitar la proliferación de hongos y bacterias, lo que intensifica el picor del cuero cabelludo”
Todos anhelamos un cabello con un aspecto y una sensación saludables, ya sea con ondas luminosas, rizos bien definidos o una melena lisa y tersa.
En un sector que mueve miles de millones de dólares a nivel global, existe una cantidad inabarcable de productos, modas y trucos de TikTok que desvían fácilmente nuestra atención de lo esencial.
La realidad es que para conseguir un cabello saludable no se requiere invertir grandes sumas de dinero ni seguir rutinas complejas, sino acertar con la sencillez.
Las tricólogas Eva Proudman, de UK Hair Consultants, y Tracey Walker, de Hair and Scalp Clinic, desmontan cuatro mitos comunes sobre el cuidado capilar.
¿Alguna vez has temblado bajo una ducha helada con la única intención de conseguir un cabello más brillante?
Afortunadamente, puedes abandonar esa práctica y disfrutar de una ducha tibia y reconfortante, ya que Proudman asegura que el agua fría no añade brillo extra al cabello.
“No es necesario lavarse el pelo con agua helada, puesto que no tiene ningún efecto”, comenta. “Lo verdaderamente importante es cómo proteges tu cabello de los químicos, el calor y el ambiente en el que te encuentras”.
La especialista añade que tampoco es recomendable lavar el cabello con agua demasiado caliente, ya que puede deshidratarlo y quemar el cuero cabelludo, de la misma forma que el agua hirviendo daña la piel.
Si esperas reparar tus puntas abiertas sin visitar la peluquería, te decepcionará saber que el único remedio es un corte de cabello.
Proudman explica que una punta abierta se asemeja a un desgarro en una fina media de nailon: simplemente no hay manera de repararla.
Walker afirma: “Si te imaginas un cabello que se está fragmentando y lo observas al microscopio, casi parece que tiene dos o tres puntas adicionales.
Los productos disponibles en el mercado actúan como una especie de adhesivo que une el cabello para darle una mejor apariencia”.
Para Walker, estas son soluciones meramente temporales y advierte que no hay que dejarse seducir gastando grandes cantidades de dinero en productos que prometen una solución duradera.
Proudman también comenta que las afirmaciones de que cortarse el pelo puede acelerar su crecimiento son infundadas.
“Sencillamente no es posible acelerar el crecimiento capilar, por lo que cualquier producto que lo prometa está mintiendo”.
Quizás conozcas a alguien que jura haber logrado un “autolavado” de su cabello, permitiéndole espaciar los lavados o incluso prescindir de ellos.
Pero Proudman advierte que esta práctica no es beneficiosa para el cabello. “El cuero cabelludo posee 180.000 glándulas sebáceas y acumula suciedad y residuos si no se limpia con regularidad”.
Walker está de acuerdo y lo compara con el hecho de que no se puede eliminar una mancha de grasa o suciedad de la ropa solo con agua; también se necesita un agente limpiador.
No lavar el cabello con asiduidad puede causar mal olor y empeorar problemas del cuero cabelludo como la caspa, puesto que “permitir que el pelo se vuelva más graso puede facilitar la multiplicación de hongos y bacterias, lo que intensifica el picor del cuero cabelludo”.
Proudman aconseja lavar el cabello cada dos días si es muy graso o si se utiliza una gran cantidad de productos de peinado.
Laura Waters, profesora de análisis farmacéutico en la Universidad de Huddersfield, en Reino Unido, señala que si bien las personas con cabello muy graso pueden beneficiarse de una limpieza más intensa, aquellas con cabello más seco podrían considerar un champú sin sulfatos, que es más costoso, pero que no despojará al cabello de su grasa natural.
Encontrar el momento para un lavado completo, secado y peinado no siempre es factible, así que entre las obligaciones laborales, el ejercicio y los compromisos sociales, muchos recurrimos al champú seco como un apaño rápido para revitalizar las raíces grasas y refrescar el cabello sin necesidad de ducharnos.
Proudman comenta que el champú seco es “perfectamente adecuado”, pero que solo debería utilizarse una vez entre lavados.
El problema surge cuando se usa durante varios días consecutivos sin aclararlo.
“El aceite natural del cuero cabelludo es absorbido por el champú y las levaduras se alimentan de esa acumulación de residuos”, explica Proudman.
“Si no se tiene cuidado, aparecerán picores y descamación en el cuero cabelludo”.
En resumen, su recomendación es priorizar el cuidado del cuero cabelludo de la misma forma que se cuida la piel del rostro: uno no se aplicaría capas de maquillaje sin retirar primero lo que está debajo y limpiar la piel.















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