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El exministro de Administración Pública, Ramón Ventura Camejo, ha compartido en su cuenta de Facebook una interesante meditación sobre el libro “Liderazgo Estratégico para Directivos, Directores y Dirigentes”, cuyo autor es el español Guillem Bou Bouzá. En este análisis, Ventura Camejo resalta conceptos tan arraigados como vigentes, tales como: la amenaza, la provocación, el centro neurálgico del conflicto y, crucialmente, la importancia de discernir la cuestión fundamental que traza el rumbo de cualquier organización.
Ventura Camejo, con una vasta trayectoria en la gestión pública, subraya que el liderazgo no se define únicamente por la autoridad protocolaria, sino por la habilidad de guiar, comunicar y mantener la cohesión en estructuras complejas. Su reflexión pone en evidencia una realidad que hoy día impacta tanto a corporaciones como a formaciones políticas: la imperiosa necesidad de un liderazgo estratégico que se anticipe al conflicto antes de que este corroa la organización desde dentro.
**Leonel Fernández: Una Perspectiva Precoz**
Hace aproximadamente cuatro décadas, cuando apenas superaba los treinta años, Leonel Fernández publicó en el Listín Diario un texto titulado “El Líder y la Organización”. En aquella época, no era todavía una figura prominente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pero ya manifestaba una visión avanzada sobre la interconexión entre autoridad, disciplina y la estructura institucional interna de los partidos.
En aquel escrito —hoy difícil de recuperar en formato físico en los archivos—, Fernández alertaba que un líder sin una estructura orgánica se desvanece, y una organización sin una guía directiva se desorganiza. Fue una corazonada que años más tarde se confirmaría plenamente, al convertirse este joven intelectual en Presidente de la República y en una pieza central del PLD por más de dos décadas.
**Danilo Medina: El Arquitecto Silencioso**
Por su parte, Danilo Medina se formó dentro del mismo partido como un forjador de cimientos estructurales, dedicándose a organizar comités intermedios y provinciales, mientras la figura de Juan Bosch seguía ejerciendo el magisterio moral. Su rigurosidad técnica y su destreza para movilizar las bases fueron determinantes para su posterior ascenso al poder.
De Bosch, Leonel y Danilo —tres enfoques diferentes de mando— surgió un proyecto político que logró administrar el país durante veinte años y modificar profundamente la República Dominicana. No obstante, de sus propias fricciones internas, surgieron también las fisuras que en el año 2019 culminaron en la división del PLD y dieron vida a la Fuerza del Pueblo.
**La Fragilidad de la Desunión**
La escisión ocurrida en 2019 entre Leonel Fernández y Danilo Medina constituyó un drama político. Ambas entidades —el PLD y la Fuerza del Pueblo— sufrieron reveses electorales consecutivos en 2020 y 2024, y se enfrentan al peligro de seguir perdiendo en 2028, incluso con “nuevos rostros”, si persisten en el mutuo debilitamiento.
En el ámbito político, al igual que en las tácticas de ajedrez analizadas por Bou Bouzá, el estratega que yerra al identificar el núcleo del conflicto inevitablemente pierde la contienda. El eje del conflicto dominicano entre estas dos agrupaciones no reside en la ideología, sino en la dimensión organizativa: se trata de la incapacidad para renegociar la autoridad, los mecanismos de sucesión y el modelo de coordinación dentro de un patrimonio histórico compartido.
**Enseñanzas de los Estudios Organizacionales**
Los pensadores de la teoría de la organización —desde Karl Weick a Patrick Lencioni, pasando por M. Afzalur Rahim, Gareth Morgan y Jeffrey Pfeffer— convergen en un principio fundamental: cualquier institución que elige ignorar su confrontación interna, o que la reprime sin darle un curso resolutivo, termina inevitablemente fragmentándose.
El conflicto no debe verse como una patología, sino como una indicación de vitalidad. Lo verdaderamente arriesgado es permitir que degenere en una fractura irreversible, esto causado por la ausencia de diálogo, un liderazgo compartido y reglas claras para la alternancia.
**Propuestas y Vías de Acción**
1. **Restaurar la confianza:** Reconstruir los lazos de confianza, tanto personales como políticos, entre las cúpulas del PLD y la Fuerza del Pueblo, reconociendo el tronco común boschista y la herencia compartida.
2. **Mecanismo de mediación:** Instituir un sistema de arbitraje interno, con figuras dotadas de respeto moral, para manejar los desacuerdos sin caer en la exposición pública.
3. **Agenda mínima conjunta:** Fomentar un plan programático mínimo, centrado en reformas institucionales, la educación y la sostenibilidad, que facilite la recomposición de una visión de Estado más allá de las ambiciones personales.
4. **Transparencia en la sucesión:** Adoptar normativas internas que garanticen la transparencia y la sucesión ordenada, para evitar que los procesos de selección de candidatos se transformen en luchas fratricidas.
5. **Formación de cuadros:** Desarrollar una nueva camada de técnicos y líderes políticos fundamentados en principios éticos de servicio a la ciudadanía, no en lealtades a individuos concretos.
**Conclusión**
El PLD y la Fuerza del Pueblo beben de la misma fuente: el ideario de Juan Bosch enfocado en la ética, la formación y la organización política como herramientas al servicio del bien colectivo. Si este manantial es reactivado con la aplicación de diálogo, método y modestia, ambas fuerzas tienen la oportunidad de encontrarse de nuevo en una fase superior de madurez institucional.
Tal como sugiere el ajedrez estudiado por Bou Bouzá, aquel que logre identificar el verdadero foco del conflicto —y actúe sobre él con una inteligencia estratégica superior— será quien, al final, consiga imponerse en la contienda.














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