Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
WASHINGTON (AP) — El mandatario estadounidense Donald Trump informó el martes que la fuerza armada de EE. UU. atacó otra pequeña lancha que, según su comunicado, transportaba cocaína en aguas cercanas a Venezuela, provocando la muerte de seis ocupantes. No se registró herido entre el personal estadounidense, precisó Trump en sus redes. Este constituye el quinto asalto de la milicia norteamericana contra embarcaciones menores en el Caribe, y la administración Trump ha declarado que considera a los presuntos narcos como combatientes ilegales a los que se les debe responder con acción militar.
El jefe del Departamento de Defensa, Pete Hegseth, dio la orden del golpe el martes por la mañana, según indicó Trump, quien difundió un video del ataque, al estilo de episodios anteriores. Hegseth posteriormente compartió el mismo material en X.
El metraje en blanco y negro muestra una lancha aparentemente inmóvil sobre la superficie. A los pocos segundos de iniciar la grabación, la nave es alcanzada por un proyectil lanzado desde lo alto y estalla. Se observa el bote ardiendo durante varios instantes.
Trump añadió que el operativo se realizó en aguas internacionales y que fuentes de “inteligencia” confirmaron que la embarcación traficaba estupefacientes, estaba vinculada a “redes narcoterroristas” y navegaba por una ruta conocida de contrabando.
El Pentágono no respondió, hasta el momento, a un correo de The Associated Press solicitando mayor información sobre el último asalto, aunque un funcionario del Departamento de Defensa confirmó que los datos publicados en redes sociales eran correctos. La fuente habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a hablar públicamente del tema.
¿Qué consecuencias a largo plazo podría acarrear?
James Story, exembajador de EE. UU. para los asuntos de Venezuela (2018‑2023) durante el primer mandato de Trump y bajo la administración de Joe Biden, comentó a The Associated Press que los repetidos ataques estadounidenses contra embarcaciones caribeñas podrían, en última instancia, dificultar la lucha contra el narcotráfico. Al entorpecer a aliados tradicionales de EE. UU. en la zona, como Colombia, los operativos “perjudican nuestra capacidad de recabar información de inteligencia” proporcionada por estos socios para combatir a las organizaciones delictivas, explicó Story.
“Si ellos perciben que la inteligencia que nos entregan se traduce en lo que algunos describirían como una ejecución extrajudicial… nos coloca en una posición muy desfavorable”, declaró Story. “Nos sitúa en contraposición con el derecho internacional y merma nuestra habilidad para actuar en el hemisferio”.
Mientras tanto, el descontento con la administración Trump ha ido en aumento en el Capitolio entre legisladores de ambas bancadas. Algunos republicanos exigen mayor claridad de la Casa Blanca respecto a la base legal y los pormenores de los ataques. Los demócratas, por su parte, argumentan que tales acciones contravienen la legislación nacional e internacional.
La semana pasada, el Senado de EE. UU. rechazó una resolución que habría limitado el uso de poderes de guerra, impidiendo que el gobierno de Trump ejecutara ataques sin autorización explícita del Congreso.
En un memorándum enviado al Legislativo y obtenido por The Associated Press, la administración Trump señaló que había determinado que “Estados Unidos está involucrado en un conflicto armado no internacional contra estas organizaciones catalogadas como terroristas” y que el presidente había ordenado al Pentágono “realizar operaciones contra ellas en virtud de la normativa de conflicto armado”.
Hasta ahora, el gobierno Trump no ha entregado pruebas sustantivas a los congresistas para demostrar que los barcos abatidos realmente transportaban drogas, según relataron dos funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato por no estar autorizados a hacerlo públicamente.
Un senador indica que la autoridad de Trump en este tema es limitada
El senador californiano Adam Schiff, demócrata que la semana anterior impulsó la votación sobre la resolución relativa a Venezuela, afirmó en X que la capacidad del presidente para responder a un ataque armado o a la amenaza de uno es restringida y no se aplica en este caso.
“Estos asaltos continuados — 27 muertos hasta la fecha — aumentan el riesgo de involucrar a EE. UU. en una guerra abierta”, comentó Schiff, añadiendo que presionaría para una nueva votación si los ataques persisten.
Los operativos se produjeron después de que EE. UU. desplegara fuerzas navales en el Caribe a un nivel sin precedentes en tiempos recientes.
Tras el ataque del martes, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y cercano colaborador del presidente Nicolás Maduro, solicitó a la prensa que denunciara las “mentiras” de EE. UU. que, según él, se emplean para justificar una posible invasión.
El gobierno convocó a medios extranjeros y a decenas de dirigentes de comunicación locales para escuchar el mensaje de Rodríguez.
“El objetivo no es la búsqueda de la verdad y mucho menos combatir el narcotráfico”, declaró Rodríguez. “Se trata de buscar una excusa para la agresión”. “No les pedimos que inventen nada, sino que defiendan la verdad”, añadió.
Los periodistas de The Associated Press Ben Finley, en Washington; Jorge Rueda, en Caracas; y Megan Janetsky, en Ciudad de México, contribuyeron a este reporte.
Esta nota fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
Agregar Comentario