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El impacto de Erreway en el público dominicano llega 22 años más tarde

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El conjunto, conformado por Camila Bordonaba, Felipe Colombo y Benjamín Rojas, hizo su aparición en medio de efectos visuales y estruendosos vítores.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Santo Domingo.- Veintidós años después de su primera visita a la nación, la agrupación argentina Erreway volvió a cautivar a su audiencia dominicana con su *tour* “Juntos Otra Vez”, presentado por SD Concerts. La reunión se llevó a cabo en el Estadio de Sóftbol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en una noche donde la lluvia fue testigo del entusiasmo de miles de seguidores que, lejos de buscar resguardo, optaron por entonar bajo el chaparrón.

Desde el inicio, el ambiente fue una auténtica fiesta. El conjunto, conformado por Camila Bordonaba, Felipe Colombo y Benjamín Rojas, hizo su aparición en medio de efectos visuales y estruendosos vítores. A las 9:30 de la noche dio comienzo el viaje musical, con una puesta en escena que fusionó tecnología, añoranza y pura emoción.

A lo largo de más de tres horas y media, Erreway ofreció un *show* ininterrumpido, en el cual resonaron himnos que marcaron a una generación y nuevas versiones que conectaron con los espectadores más jóvenes. El repertorio abarcó éxitos como “Rebelde Way”, “Resistiré”, “Bonita de más”, “Será porque te quiero”, “Sweet Baby” y “Te soñé”, junto a joyas musicales como “Para cosas buenas”, “Dije adiós”, “Amor de engaño”, “Será de Dios”, “Tiempo” y “Memoria”, interpretadas con la madurez de tres artistas que crecieron de la mano de su público.

Uno de los momentos de mayor intimidad llegó con los arreglos acústicos de “Será de Dios” y “Dije adiós”, cuando la totalidad del estadio se unió en un canto a capela que pareció detener el tiempo. Resultaba evidente que el lazo entre Erreway y sus *fans* excedía lo musical: era una conexión sentimental, forjada con memorias de adolescencia, aspiraciones y complicidad.

La asistencia fue, a su vez, un espectáculo visual. Centenares de seguidores acudieron caracterizados al estilo *Rebelde Way*, con camisas blancas, corbatas rojas, faldas de colegial y el emblema del Elite Way School. Durante varias horas, el recinto se transformó en una cápsula del tiempo, una celebración colectiva de la juventud y la rebeldía que dejó huella en toda una generación que seguía la teleserie en Teleantillas, Canal 2, cada tarde.

El grupo realizó diversos cambios de vestuario que complementaron la narrativa del concierto: iniciaron con *looks* oscuros y brillantes; siguieron con una apariencia en blanco y negro para “Solo sé”; tonos claros para “Te soñé”; y un cierre lleno de energía para “Para cosas buenas”, con ímpetu desbordante y una contagiosa camaradería.

Este regreso poseía un significado especial. La última actuación de Erreway en el país había sido en 2004, en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, después de su paso en 2003 por el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. Dos décadas después, retornar a Santo Domingo significó más que un concierto: constituyó una reconciliación con el pasado, un abrazo entre la evocación y el presente.

La producción, bajo la dirección de SD Concerts, brilló por su impecable labor técnica y visual. Las pantallas mostraron imágenes icónicas de la serie *Rebelde Way*, combinadas con proyecciones actuales que fortalecieron la noción del reencuentro. Uno de los instantes más conmovedores fue el videoclip enviado por Luisana Lopilato, integrante original del grupo, quien dedicó un mensaje de afecto a sus excompañeros y al público dominicano.

La cantante dominicana Adri Torrón se encargó de la apertura del evento, preparando con vitalidad y carisma el ambiente para una noche que quedará atesorada en la memoria colectiva.

A lo largo del *show*, los artistas bajaron al ruedo, saludaron a sus *fans*, recibieron banderas y demostraron un agradecimiento sincero que emocionó a los presentes.

El recital concluyó justo a la medianoche, entre aplausos, lágrimas y un sentimiento de pertenencia compartido. Se hizo un reconocimiento especial al equipo de producción por su profesionalismo y a Cristina Liriano, por su apoyo y atención a la prensa local.

Más que un reencuentro musical, Erreway VIVE fue la certeza de que los anhelos de una generación permanecen intactos. Porque aunque transcurran los años, hay relatos, melodías y sentimientos que jamás se extinguen.

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