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El ciclón tropical Melissa avanza ahora sobre el Mar Caribe, impactando mayormente a Jamaica y Cuba con precipitaciones copiosas, fuertes ráfagas de viento y avisos de inundaciones. Conforme a los informes del Centro Nacional de Huracanes (NHC) y los organismos meteorológicos de ambas naciones, las bandas de lluvia persistirán generando condiciones adversas en las próximas horas. Sin embargo, como es habitual en cada emergencia, se propaga otro fenómeno menos visible pero igualmente peligroso: el de la información errónea.
Se viralizan videos antiguos como si fueran recientes, se presentan gráficos de otras geografías como si correspondieran a esta contingencia, y audios con supuestas “alertas máximas” saturan los grupos de WhatsApp sin respaldo oficial.
En medio del desorden natural, emerge un desorden informativo. Y mientras las autoridades laboran para moderar los efectos de Melissa, la población debe aprender a distinguir el dato fidedigno del ruido digital.
En coyunturas críticas, difundir información no se trata de la celeridad, sino de hacerlo con sensatez. Cada dato inexacto o imagen fuera de contexto puede suscitar alarma, desviar recursos y obstaculizar la respuesta institucional. Los comunicadores, periodistas y usuarios deben recordar que cotejar también salva vidas.
Durante episodios como el de Melissa, los medios de comunicación desempeñan un rol fundamental. Su labor no se restringe a relatar el fenómeno, sino a comunicar con exactitud y contexto, evitando el sensacionalismo y contrastando cada detalle antes de divulgarlo. A su vez, es justo valorar el empeño de aquellos que, bajo la lluvia y el riesgo, mantienen enteradas a las comunidades y colaboran en salvar vidas con su trabajo dedicado y profesional.
Pero la contención de la información falsa no recae únicamente en la prensa. La ciudadanía también posee una responsabilidad. Previo a reenviar una gráfica o un audio, es útil reflexionar: ¿quién lo compartió? ¿procede de una entidad oficial? ¿aparece en medios establecidos o en comunicados del NHC o de los servicios meteorológicos locales? Si la contestación es negativa, lo más sensato, y lo más solidario, es abstenerse de divulgarlo.
La otra gran labor pendiente es fomentar la enseñanza para la verificación. En sociedades donde gran parte de la gente se informa primariamente vía WhatsApp o plataformas sociales, la comprensión mediática debería formar parte de la cultura preventiva.
Aprender a identificar una fuente, a recelar de lo sensacionalista y a confirmar los elementos es un mecanismo de defensa social tan crucial como disponer de un botiquín o un plan de evacuación.
Melissa continúa atravesando el Caribe, y con ello se evalúa la capacidad de los medios, los entes gubernamentales y la gente para actuar con discernimiento. El fenómeno pasará, pero el estrago de la falsedad puede perdurar. En épocas de emergencia climática, la verdad también requiere resguardo.
Hoy son menester menos suposiciones y más datos concretos. Menos cadenas de WhatsApp y más partes oficiales. Menos sobresalto y más formación. Pues una cobertura responsable, asimismo, es una modalidad de protección civil.















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