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El trastorno de compra compulsiva ha crecido desde la pandemia y necesita ser atendido, alerta una psiquiatra

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Respecto al perfil de los individuos afectados, ha señalado que aproximadamente el 80 % de los episodios se presentan en mujeres de entre 45 y 55 años.

La psiquiatra Marisol Roncero Rodríguez, del Centro AdCom IPSM del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, ha advertido que el fenómeno de las compras compulsivas ha crecido desde la pandemia y exige atención y tratamientos específicos, una conclusión respaldada por numerosos profesionales de la salud mental y la evidencia científica más reciente.

Desde la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) han centrado su atención en este trastorno caracterizado por la adquisición incontrolada de objetos superfluos, que se estima afecta al 5 % de la población, en el marco de las IX Jornadas AdCom de adicciones conductuales y patología dual.

Roncero ha manifestado que la prevalencia del trastorno podría haber aumentado en los últimos años. “La facilidad de acceso, el anonimato y la inmediatez de las nuevas plataformas de comercio electrónico hacen que la compra resulte aún más adictiva”, explicó la experta.

En cuanto al perfil de los individuos afectados, ha puntualizado que cerca del 80 % de los casos se registran en mujeres de entre 45 y 55 años, aunque también ha observado un incremento de incidencias entre adultos jóvenes, sobre todo en la compra «online».

La especialista ha indicado que existe una relación bidireccional entre las compras compulsivas y los trastornos depresivos, ya que, en la mayoría de las ocasiones, las adquisiciones no responden a una necesidad real sino a la necesidad de aliviar tensiones y malestares emocionales.

De hecho, se calcula que entre el 50 % y el 90 % de la población con compra compulsiva también presenta algún tipo de trastorno depresivo, como distimia, depresión crónica, trastorno depresivo mayor o fase depresiva de un trastorno bipolar tipo II, entre otros, lo que se denomina patología dual.

“La depresión es una enfermedad en la que predominan la tristeza y la apatía; no hay ganas de hacer nada, y el acto de comprar produce un placer inmediato y efímero, de modo que cuando una persona padece síntomas depresivos esa sensación placentera puede volverla vulnerable a comprar de forma compulsiva, encontrando en esas compras su única fuente de satisfacción”, argumentó la psiquiatra.

En sentido inverso, también existen personas con trastorno de compra compulsiva que, a causa de la adicción a las compras, desarrollan posteriormente síntomas depresivos. La presencia de patología dual complica el abordaje terapéutico, según ha señalado Roncero, aunque ha subrayado que esta situación “no tiene por qué ser peor” siempre que ambos trastornos mentales se traten de forma integral e integrada.

Para ello, ha destacado la necesidad de combinar el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico de la depresión con intervenciones cognitivo‑conductuales y motivacionales, así como con estrategias de control de estímulos y prevención de recaídas dirigidas a la adicción a las compras.

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